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jueves, 4 de abril de 2019

Educación; Religión; Ciencias Sociales





España: detenido un hombre por ayudar a morir a su mujer, enferma terminal

La fallecida es María José Carrasco, enferma desde hace tres décadas de esclerosis múltiple, dependiente de su marido, quien había reclamado que el Congreso aprobara una ley de eutanasia

España: detenido un hombre por ayudar a morir a su mujer, enferma terminal
En España hay una creciente demanda social para que se legalice la eutanasia. (Foto: EFE)
Madrid. La Policía española detuvo en Madrid (España) a un hombre de unos 70 años por suministrar una sustancia para ayudar a morir a su mujer, de 61 años y que padecía una enfermedad terminal irreversible, informó este jueves ese cuerpo de seguridad.
La fallecida, según dijeron a Efe otras fuentes de la investigación, es María José Carrasco, enferma desde hace tres décadas de esclerosis múltiple, dependiente de su marido, quien había reclamado que el Congreso aprobara una ley de eutanasia.
En España hay una creciente demanda social para que se legalice la eutanasia.
Según varias encuestas, más del 80 % de los españoles está a favor de regularla, pero el proyecto de ley presentado por el Partido Socialista el pasado año está bloqueado en el Congreso, debido a que tanto el conservador Partido Popular (PP), como Ciudadanos (liberales) solicitan continuamente la ampliación del plazo de enmiendas.
El proyecto socialista contempla el "final anticipado de la vida con el objetivo de evitar alargar el sufrimiento" de personas con enfermedad grave e incurable o discapacidad crónica que implique un gran padecimiento.
El pasado mes de febrero, dos familias que sufrieron esa situación entregaron 280.000 firmas a favor de la regulación legal de la eutanasia, a través de sendas iniciativas que desarrollaron en la plataforma de peticiones ciudadanas Change.org.
Cada día de bloqueo "suma un día más de sufrimiento", declaró el hijo de una de las enfermas, que murió días después de manera natural.
Lo que está regulado en varias regiones españolas es el derecho a la muerte digna, que permite a los pacientes rechazar un tratamiento que prolongue su vida de manera artificial.
Según informó a Efe la Jefatura Superior de Policía de Madrid, la detención del marido de Carrasco tuvo lugar ayer en el domicilio en que el matrimonio residía en la capital de España.
Al lugar acudieron los sanitarios, que confirmaron el fallecimiento y alertaron a la Policía de que el marido le había suministrado una sustancia para provocar la muerte a su mujer, que se encontraba en fase terminal.
En un reportaje del pasado mes de octubre en la prensa española, María José Carrasco afirmaba: "Quiero el final cuanto antes".

jueves, 28 de noviembre de 2013

Religión, Pastoral, PFRRHH


jueves 28 de noviembre del 2013 

Bélgica debate la eutanasia para menores de edad

Los niños y adolescentes podrían solicitarla únicamente en la etapa final de su enfermedad. La eutanasia ya se halla despenalizada en Holanda, Luxemburgo y Suiza
Bélgica debate la eutanasia para menores de edad
Los menores que padezcan una enfermedad terminal podrán solicitar la eutanasia solo en la etapa final. (Foto: AP)





Un comité del Senado de Bélgica aprobó ayer una polémica iniciativa que busca permitir solicitar la eutanasia como derecho de los niños y adolescentes que padezcan una enfermedad terminal.
La solicitud de la muerte asistida sería permitida bajo lineamientos estrictos, como en la etapa final de la enfermedad que padezca el menor.
En entrevista con CNN, el doctor Kenneth Chambarae, quien es parte del grupo de investigación sobre el tema en la Universidad Libre de Bruselas, indicó que la eutanasia sería posible únicamente para los menores que sufran dolor físico insoportable en una etapa en la que no tengan posibilidades de mejorar.
El caso de los adultos es distinto, en Bélgica la muerte asistida puede ser aprobada si la persona enferma está sufriendo psicológicamente.
El comité del Senado presentó 13 votos a favor, versus 4 en contra. Con esto la controversial propuesta ha ganado una de las etapas en el proceso legislativo. La iniciativa debe librar otros obstáculos antes de convertirse en ley.
Bélgica aprobó en 2002 una legislación que permite la eutanasia voluntaria en adultos. La muerte asistida a causa de enfermedad terminal se halla despenalizada en Holanda, Luxemburgo y Suiza.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Religión, Pastoral, Orientación y Consejería


Autor: P. Fernando Pascual Fuente: Catholic.net
Martirio, eutanasia y disponibilidad de la vida
La vida la recibimos como un don y tiene sentido sólo si la vivimos como don


Martirio, eutanasia y disponibilidad de la vida
¿Es lo mismo aceptar la muerte como mártir que pedir la eutanasia? ¿Hay semejanzas entre el gesto de un hombre que se declara cristiano y “provoca” el que le maten, y la petición de un enfermo que pide ser eliminado porque ya no soporta sus sufrimientos?

Para algunos, habría una contradicción en la Iglesia católica. Por un lado, enseña que la vida humana es indisponible, es decir, que nadie tiene el derecho de privarse de la vida, de decidir sobre ella, de provocarse la muerte con el suicidio o la eutanasia (cf. por ejemplo Juan Pablo II, encíclica Evangelium vitae nn. 39, 72, 76).

Por otro lado, la Iglesia exalta el gesto valiente de hombres y mujeres que, para conservar su fe y para dar testimonio público de su amor a Dios y a los hermanos, acogen (dan su disponibilidad) la muerte, incluso sin ofrecer ninguna resistencia física.

Entonces, dicen quienes denuncian la aparente contradicción, la Iglesia considera que en algunas ocasiones se puede disponer de la propia vida y en otras no, según las circunstancias. Como al mártir se le permite “disponer” de su vida (avanzar con un gesto valiente hacia los verdugos), también la Iglesia tendría que reconocer que otros seres humanos pueden “disponer” de su vida a través de un testamento vital, del suicidio asistido, de la eutanasia.

La observación anterior adolece de un error de perspectivas. Un caso es la situación del mártir, cuya vida corre peligro ante la persecución injusta que promueve un tirano o un grupo de poder contra quienes mantienen su fidelidad a Cristo. Otro caso muy diferente es el de quien, bajo la angustia de una enfermedad o de intensos dolores psicológicos, busca huir, a través de la muerte, de las circunstancias que le hacen sentir que su existencia ya no tiene ningún sentido.

Quizá alguno piense que en ambos casos es la situación la que empuja al mártir y al hombre cansado de vivir a “pedir” la muerte. En realidad, el mártir no pide la muerte, sino que se pone en pie con valentía (y desde la gracia de Dios: nadie puede ser mártir con sus solas fuerzas) ante el opresor para defender con claridad su fe, su fidelidad a Cristo y a la Iglesia.

El mártir acepta, en pocas palabras, que parte de la belleza de la vida consiste en esa libertad profunda del corazón que nos permite decir “no” a órdenes injustas y “sí” a Dios y al amor a los demás, incluso al precio de ser asesinado.

En cambio, quien pide la eutanasia, quien busca un suicidio fácil, quien prepara por escrito “voluntades anticipadas” con las que pueda asegurar su muerte en determinadas situaciones, se coloca ante la vida como quien la acepta sólo si satisface ciertos requisitos (algunos de peso, otros de poco valor), y la rechaza si no es como la querría.

Por eso, el gesto de quien pide la eutanasia no es como el del mártir (un hombre que declara su amor a Dios por encima de todo), sino como el de quien pone como referencia última de su existencia el propio proyecto personal, y así se cree con “derechos” para disponer sobre su vida o sobre su muerte.

En realidad, la vida nunca es autocreación de ningún ser humano. La recibimos como un don, y tiene sentido sólo si la vivimos como don. Por eso el gesto del mártir vale tanto: porque con sus palabras o con su silencio, con su humildad ante el tirano y con su fuerza interior indómita, grita que por encima de las leyes injustas y de la prepotencia de los opresores, existen valores perennes por los que vale la pena exponerse al peligro de un asesinato perverso. Lo cual es muy distinto de pedir una especie de suicidio asistido.

El mártir, en definitiva, es un hombre o una mujer que muestra lo más hermoso de la vida humana: la fidelidad a Dios y a la conciencia, el deseo por acoger la justicia y la verdad moral hasta las últimas consecuencias. Asume, por lo tanto, su finitud humana con la esperanza en la vida plena. No renuncia a vivir, sino que opta por vivir de la mejor manera posible, en el amor pleno a Dios y a sus hermanos.