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lunes, 6 de febrero de 2012

Orientación y Consejería

Mi Hogar 5 de febrero del 2012



Una ansiedad desmedida

jueves, 28 de octubre de 2010

Ciencias Sociales






PUNTO DE VISTA

La economía del miedo
Por: Carlos Adrianzén Economista *

Jueves 28 de Octubre del 2010

Según la Real Academia Española, el miedo nos refiere a alguna perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño, ya sea real o imaginario. Así, cuando este modela nuestras decisiones, se descubre algún riesgo real o imaginario. Los ejemplos detrás de esta sencilla observación abundan en el Perú.

En los procesos electorales, por ejemplo en las últimas elecciones generales del 2006 o en las recientes elecciones locales y regionales de octubre pasado, la angustia despertada por los antecedentes, las barbaridades ofrecidas o las asociaciones inquietantes sellaron los procesos. Más allá de la responsabilidad que tiene cualquier observador de detectar aspectos relevantes, los miedos estuvieron allí. Aunque estos pueden ser descubiertos con intenciones evidentes, en nuestra historia no pocas veces los miedos nos han permitido sortear potencialmente desastrosas decisiones.

A pesar de lo anterior, es importante no olvidarse que el daño asociado al miedo puede ser real o imaginario. Y esta disyuntiva puede estar perfectamente inducida por la selección del marco en el que discutimos. En el Perú de hoy, por ejemplo, las autoridades monetarias han dado múltiples evidencias de sus miedos. Temen desproporcionadamente la volatilidad cambiaria y hasta temen el ingreso de capitales al país. Abiertamente temen el funcionamiento de los mercados y también los arbitrajes (o movimientos especulativos) que sus propios errores no rara vez alimentan.

Actualmente, paralizado por el miedo a dejar que el dólar flote, el instituto emisor compra divisas sin esterilizar –léase: infla la oferta monetaria– para evitar una caída adicional del dólar nominal (en un mercado que ellos mismos distorsionan con estas intervenciones y con un límite absurdamente bajo a las inversiones en el exterior de las AFP). Últimamente se les ha unido la desconcertada SBS, supervisora bancaria que trata cándidamente de controlar lo incontrolable (los límites a las compras y ventas de divisas de los bancos). Para justificar toda esta angustia, nos venden los imaginarios peligros asociados a movimientos especulativos de capitales.

Pero el BCR y la SBS harían bien en tener miedo. No a los ingresos de capitales del exterior. El Perú requiere hoy más que nunca ingresos de capitales del exterior. A pesar de la recuperación de los últimos meses, no hemos recuperado nuestra tasa de inversión. Sí deben tenerle miedo a su visión intervencionista. Es torpe mantener un dólar administrado y querer cumplir una meta inflacionaria. Esa inconsistencia espanta ciertos capitales y atrae a otros que medran de los errores visibles de nuestras autoridades financieras.


[*] Decano de la Facultad de Economía de la UPC