
Domingo
Transporte Público. Yo viajo en combi
Comprimidos, encogidos, apretados, doblados, estresados por la temeridad de los típicos choferes de las combis, millones de peruanos resignados se trepan a ellas cada mañana. Aquí una radiografía de estos tugurios ambulantes en los que se llega a embutir hasta veinticinco sufridos pasajeros en cada viaje.
Por: Jorge LoayzaFotos: Claudia Alva
Tan estrecho es el espacio que sus piernas se entrecruzan, sus muslos se frotan, lo mismo que sus nalgas, sus olores y humores más íntimos. Para viajar dentro de esta cajuela hay que convertirse en un hombre de goma y regresar a nuestra primigenia posición fetal. Las combis deben ingresar al Libro Guiness de los Récords: sus desalmados choferes han logrado que en estas latas motorizadas de cuatro metros y medio de largo, un metro sesenta centímetros de ancho y uno cuarenta de alto puedan viajar hasta veinticinco personas, entre sentados, parados y doblados.
La combi es el virus de una enfermedad que recorre y contamina casi todas las arterias de Lima y provincias. El mal se desató aproximadamente hace veinte años, se propagó por el país a cien por hora y los peruanos conviven ahora con él. Sí, el 48% de los vehículos de transporte público de Lima y Callao –16,189 unidades– son, según el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, camionetas rurales que la gente de a pie conoce con el simple nombre de combis. De 466 rutas de transporte urbano que hay en Lima, 216 son operadas por empresas que tienen como unidades de transporte estos vehículos. Leer más Domingo de La República
Transporte Público. Yo viajo en combi
Comprimidos, encogidos, apretados, doblados, estresados por la temeridad de los típicos choferes de las combis, millones de peruanos resignados se trepan a ellas cada mañana. Aquí una radiografía de estos tugurios ambulantes en los que se llega a embutir hasta veinticinco sufridos pasajeros en cada viaje.
Por: Jorge LoayzaFotos: Claudia Alva
Tan estrecho es el espacio que sus piernas se entrecruzan, sus muslos se frotan, lo mismo que sus nalgas, sus olores y humores más íntimos. Para viajar dentro de esta cajuela hay que convertirse en un hombre de goma y regresar a nuestra primigenia posición fetal. Las combis deben ingresar al Libro Guiness de los Récords: sus desalmados choferes han logrado que en estas latas motorizadas de cuatro metros y medio de largo, un metro sesenta centímetros de ancho y uno cuarenta de alto puedan viajar hasta veinticinco personas, entre sentados, parados y doblados.
La combi es el virus de una enfermedad que recorre y contamina casi todas las arterias de Lima y provincias. El mal se desató aproximadamente hace veinte años, se propagó por el país a cien por hora y los peruanos conviven ahora con él. Sí, el 48% de los vehículos de transporte público de Lima y Callao –16,189 unidades– son, según el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, camionetas rurales que la gente de a pie conoce con el simple nombre de combis. De 466 rutas de transporte urbano que hay en Lima, 216 son operadas por empresas que tienen como unidades de transporte estos vehículos. Leer más Domingo de La República
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