lunes, 27 de octubre de 2008

Ciencias Sociales, Cultura empresarial

El Comercio 25 de octubre del 2008

PUNTO DE VISTA
¿Sálvese quien pueda?


Por Rolando Arellano. Doctor en márketing Arellano Márketing
Los problemas económicos internacionales del momento no deben preocuparnos. Con toda seguridad sus efectos no tocarán al Perú y podremos seguir tranquilos con nuestra tendencia de crecimiento.
Sin duda, señor lector, la frase anterior le pareció irresponsable, pues estimula gastos inconvenientes en momentos de turbulencia. Estando de acuerdo con ello, creemos que con igual firmeza debe calificarse la gran cantidad de opiniones que hoy presagian un efecto apocalíptico inverso. En efecto, quienes gritan que la enfermedad norteamericana marca el fin del crecimiento del Perú y causará un cataclismo en nuestra economía, actúan no solo con inmensa irresponsabilidad sino además con poco conocimiento del comportamiento económico. Veamos.
Primeramente, olvidan que al bajar la demanda estadounidense, nuestra economía no sufrirá tanto como hubiera ocurrido hace unos años, pues a diferencia de, por ejemplo, México, que tiene lazos estrechísimos con EE.UU., el Perú tiene hoy más diversificado su comercio. Por cierto, los vasos comunicantes de la economía harán que los problemas de Estados Unidos lleguen a nosotros también a través de nuestros clientes en China o Europa, pero es claro que cada intermediación amortiguará algo su impacto.
En segundo lugar, desconocen que si bien disminuirá el precio del cobre o el zinc que producimos, el oro --principal producto de nuestras yanacochas y antaminas-- es refugio contra las crisis y deberá valorizarse más. Además, como todos los alimentos, nuestras exportaciones agrícolas tienen precios más estables que los metales en los mercados mundiales, con o sin crisis.
En tercer lugar, no han entendido que gran parte del crecimiento del consumo nacional proviene de la nueva clase emergente de Lima y provincias, que ha progresado durante los últimos 30 años, a pesar de los problemas económicos de la sociedad formal, e incluso con la oposición de esta. Para esa clase que hoy se moderniza y gasta en Comas o en Chiclayo, Wall Street es tan lejano como lo fue durante años el Ministerio de Economía del Perú. Por ello, estos grupos resisten mejor a las crisis externas y hasta se convierten en refugio para exportadores en problemas.
Pero, por sobre todo, parecen ignorar que la mejor gasolina para los problemas económicos es el alarmismo y la creación de expectativas negativas en la población y los inversionistas. Desconocen que la economía y la psicología hace tiempo encontraron que incrementar las expectativas de crisis es una excelente manera de causar la crisis que supuestamente se pretende evitar.
Por ello, usted señor lector, que es un líder de opinión en su comunidad, tiene la obligación de evitar temores desmesurados que incrementen la amenaza a la economía peruana. Ponerse a gritar ¡sálvese quien pueda! al ver iniciarse un fuego es irresponsable, pues genera muchos más heridos de los que se darían si se modulase, para usar una palabra de moda, la manera de comunicar el peligro potencial.

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