sábado, 22 de noviembre de 2008

Ciencias Sociales

El Comercio 20 de noviembre del 2008

PUNTO DE VISTA
¿Solo una crisis financiera?
Por Jurgen Schuldt. Economista*
En el mejor de los casos, según los expertos, la turbulencia global durará unos 12 meses más, como consecuencia de la "exuberancia irracional" (Greenspan) que campeó durante el último quinquenio en los mercados norteamericanos de activos. Para tener una idea de la euforia que reinó, basta observar el índice Dow Jones, que pasó de 7.900 en agosto del 2003 a su cenit de 13.900 puntos en agosto del 2008 (¡83% de alza!), para desplomarse en casi 40% hasta hoy. Las consecuencias más directas están a la vista: este último año el precio de las viviendas cayó en 8,5% y el número de ejecuciones hipotecarias creció en 71%, lo cual afectó a más de dos millones de familias; en el tercer trimestre de este año, el PBI decreció en 0,3%; y la tasa de desempleo en octubre llegó al 6,5%, unos 10 millones de trabajadores.
Lo que pocos advierten es que los problemas de EE.UU. van mucho más allá del desbarajuste que se generó en sus mercados financieros, lo que hará que la duración y la profundidad de los padecimientos sean bastante mayores a los previstos. Porque detrás de ese descalabro ha ido germinando, a lo largo de los últimos quinquenios, una compleja tríada de desequilibrios micro-meso-macroeconómicos, debido a que se permitieron vivir más allá de sus posibilidades reales.
En efecto, las familias han gastado en exceso, a tal punto que de ahorrar un 13% de su ingreso personal disponible en 1982, ha ido descendiendo al 2% en el último trienio, tasa que corresponde a los estratos de altos ingresos, bendecidos por la reducción de los impuestos a la renta desde las épocas de Reagan. La gran mayoría se sobreendeudó por la ilusión del 'efecto riqueza' al aumentar los precios de sus viviendas, así como por el abundante crédito disponible a tasas irrisorias. Incluso la deuda de las empresas no financieras aumentó en 700% en ese lapso.
De otra parte, el gasto y la inversión del Gobierno también se expandieron a tasas irresponsablemente aceleradas, a tal punto que el déficit fiscal, que se dio todos los años desde el 2002, se acerca al 5% del PBI. En el 2009 llegaría a 7% debido a las medidas de salvataje y estatización del Plan Paulsen y demás. La deuda pública bruta de EE.UU. ha llegado al 65% de su PBI y es evidente que en el 2009 aumentará de 5% a 10%. Gracias a ese alegremente despreocupado gasto privado y público, las importaciones aumentaron a velocidades de Fórmula 1 sin una contrapartida exportadora aceptable, con lo que el déficit de la balanza comercial se duplicó entre 2000-2002 y 2006-2008, pasando de US$400.000 millones a US$800.000 millones o 6% de su PBI, estimado en US$14 billones para este año.
En resumen, una vez curadas las heridas de la mal llamada 'burbuja hipotecaria', cuando se haya restablecido la 'confianza' de consumidores y empresarios, el Gobierno de EE.UU. tendrá que afrontar desequilibrios aún mayores: la falta de ahorro interno y el déficit externo, con lo que se iniciaría una nueva ronda de ajustes, que también pondrá en aprietos al resto del globo.
* UNIVERSIDAD DEL PACÍFICO

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