
El Comercio 12 de diciembre del 2008
FILOSOFEMAS
Realizarse a sí mismo
Por Francisco Miró Quesada Cantuarias. Filósofo
De niño uno quiere ser muchas cosas. Yo recuerdo que cuando tenía unos 11 o 12 años, quería ser aviador. Y el ideal de una amiga era ser cantante de cabaret. Pero cuando se llega a la adolescencia, ya las cosas no son tan caprichosas. En esta etapa muchos aún no saben lo que quieren, pero otros sí, y con toda claridad. Lo mismo sucede con las mujeres. Pero como dice Ortega y Gasset: "Lo único que nos es dado y que hay cuando hay vida humana es tener que hacérsela, cada cual la suya. La vida es un gerundio y no un participio. La vida, en efecto, da mucho que hacer".
Cuando estaba en los últimos años de secundaria, ya tenía una vocación definida: quería ser escritor. Y esa elección de mi actividad futura jamás cambió. Nunca tuve la menor vacilación. Lo mismo sucede con las mujeres. Algunas vacilan, otras, en cambio, se mantienen firmes.
La mayoría de las personas, en un momento dado de su existencia, eligen un proyecto de vida, es decir, una meta que anhelan alcanzar y, para hacerlo, no escatimarán ningún esfuerzo. Muchos deben luchar contra las circunstancias más desfavorables, y cuando son capaces de superarlas, llegan a ser lo que habían decidido ser; o sea, 'se han realizado'. Realizarse a sí mismo es una experiencia extraordinaria. Muchos, por circunstancias desfavorables o por falta de energía, no lo logran y pueden reaccionar de diversas maneras. Algunos se sienten frustrados y viven amargados, otros logran adaptarse y eligen nuevas metas. Y los más capaces, llegan a tener una profesión o actividad que practican con éxito.
Regresemos a los que han tenido la suerte de realizarse. Una vez elegido su destino, muchos se mantienen firmes en su decisión. Pase lo que pase no cambian nunca, ni siquiera obligados por las circunstancias. Algunos han muerto, voluntariamente o porque sus organismos no pudieron resistir las terribles tensiones del medio en que vivían por lograr sus objetivos.
¿Por qué los hombres y las mujeres eligen metas que desean alcanzar contra viento y marea, sin ceder un ápice ante las circunstancias? En esto se diferencian de los animales. Un animal tiene conciencia, pero no tiene conciencia de sí mismo; es decir, conciencia de que es un ser único diferente de todos los demás. El ser humano, en cambio, es autoconsciente; tiene conciencia de sí mismo y sabe, aunque sea un mellizo monovitelino, que aunque es idéntico a su hermano o hermana, es diferente de él o de ella.
Quien anhela realizarse tiene un proyecto de vida. Según Jean Paul Sartre, uno de los más grandes filósofos del siglo XX, todo hombre o mujer tiene un "ser para sí". Lo que significa que tiene un plan de vida para llegar a ser lo que anhela ser. Este plan, como acabamos de ver, no cambia nunca, salvo circunstancias imprevistas.
Vale la pena contar el caso de un gran amigo mío que tenía la vocación apasionada de ser escritor. Pero la mala suerte se había ensañado con él. Primero, su padre tenía el suficiente dinero para permitirle estudiar sin trabajar, lo que le permitió avanzar mucho en el conocimiento de la mejor literatura. Pero, repentinamente, su padre se arruinó y tuvo que trabajar para poder seguir estudiando. Como tenía una vocación indeclinable, y una voluntad de fierro, entre las horas que pasaba trabajando y estudiando, dormía poquísimo. Esto quebrantó su salud y sufrió una pulmonía que casi lo lleva a la tumba. Logró sobrevivir y seguir trabajando con una energía admirable. De este modo enriqueció sus conocimientos y llegó a familiarizarse con la mejor literatura de todos los tiempos. Hoy es uno de los grandes novelistas del país. Mi amigo se ha realizado plenamente.
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