El Comercio 3 de abril del 2009
RINCÓN DEL AUTOR
El gran error
Por: Jaime de Althaus Guarderas
Haber centrado el juicio histórico a Fujimori en el tema de los derechos humanos ha sido un error, por la sencilla razón de que, en ese tema, el balance es claramente favorable al ex mandatario. Y no porque haya sido él quien derrotó al terrorismo, sino por la estrategia que puso en marcha, de manera sistemática, para ese fin: una basada ya no en la represión indiscriminada de la población sino, por el contrario, en la alianza con ella, y en la inteligencia policial para capturar a los líderes. Es decir, una estrategia que mejoró sustancialmente la situación de los derechos humanos, porque se basó en el respeto a ellos como el mejor medio para aislar e identificar a los terroristas y conseguir que la misma población se organice, los señale y los persiga.
Desde ese punto de vista ha constituido un despropósito juzgar a Fujimori por violación de derechos humanos. Y un grave error político porque solo servirá para levantar su imagen y devolver al poder la opción política que él representa. Atacarlo por lo que mejor hizo, incluso desde el punto de vista de los derechos humanos, es darle la bandera que necesitaba para el triunfo electoral. Con lo que, allí sí, no habremos aprendido nada de la historia y habremos desperdiciado la gran oportunidad de hacer pedagogía nacional.
El juicio histórico a Fujimori debió estar centrado en el aparato de control político que montó para sojuzgar a las instituciones, someter a la prensa, extorsionar a los empresarios, perseguir y silenciar a los opositores y buscar la perpetuación del poder. En el desprecio al Estado de derecho —que ahora ha aprendido a apreciar desde que lo necesita para que haya debido proceso— y a las formas democráticas. Y, por supuesto, en la enorme corrupción que ese aparato de poder permitió acumular.
Haber convertido la violación de derechos humanos en el gran juicio al ex presidente le impide al país, incluso, procesar bien su memoria y presentar, en el museo correspondiente, todos los testimonios gráficos que demuestren cómo fue que se derrotó finalmente a Sendero Luminoso para aprender claramente la lección de que el terrorismo fue vencido recién cuando se introdujo el respeto a los derechos humanos como elemento clave.
El mencionado juicio, por lo tanto, ha sido la peor manera de servir la causa de los derechos humanos. Así como dedicar la memoria a los campesinos solo como víctimas y no como héroes gestores de la derrota de Sendero, no es la mejor manera de reconocerles igualdad y ciudadanía plena.
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