miércoles, 6 de mayo de 2009

Educación por el Arte, Ciencias Sociales

El Comercio 6 de mayo del 2009

HUANCAVELICA. UNA TRADICIÓN ANCESTRAL


La fiesta de las chaquitacllas
Parecían titanes en medio de la puna. Eran decenas de campesinos de cinco provincias de Huancavelica que hundían, descalzos sobre la tierra virgen, las chaquitacllas —ese antiguo instrumento inca de cultivo—. Con ellas abrían surcos, volteaban las champas y dejaban listo el campo para la producción agrícola comunal.

Esta labor ancestral es conocida como el chaccmeo y la practican los campesinos de las provincias de Castrovirreyna, Tayacaja, Churcampa y Acobamba. Esta competencia agrícola se inició en el paraje Leglespampa (provincia de Acobamba); hasta ahí llegaron las delegaciones en sendos camiones.

En solo tres horas de trabajo, estos rudos hombres dejaron siete hectáreas listas para la siembra. Esto no lo habrían conseguido ni con modernos tractores. Para un campesino de la sierra huancavelicana, manejar con destreza la chaquitaclla es un orgullo. Por ello, cientos de pobladores acuden para apreciar a los campesinos en plena faena.

Allí, en esa pradera donde nunca antes se sembró nada, los primeros 72 hombres formados en parejas se encargaron de romper la tierra con las chaquitacllas (ellos regresarán dentro de cuatro meses para desmenuzar los bloques, y para dejar el terreno fértil y listo para la siembra de diversos productos).

Este año, los ganadores fueron los campesinos de la nación Chopcca. Cansados, masticando hojas de coca y brindando con chicha de jora, dedicaron el triunfo a sus paisanos.

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