lunes, 30 de noviembre de 2009

Ciencias, Ciencias Sociales

El Dominical 29 de noviembre del 2009

RELIGIÓN
El ser humano como centro y solución
Por: José Ambrozic *
El ecologismo radical considera al ser humano como una plaga que debe ser controlada para que el medio ambiente recobre la salud. Ciertamente, la responsabilidad humana en la contaminación es innegable. No tanto así su impacto en el cambio climático. Algunos de los más serios investigadores reconocen que la ciencia no es concluyente en determinar si existe una responsabilidad humana directa en el asunto. Las predicciones catastróficas, sin embargo, reclaman, dogmáticamente, un control poblacional, ya sea por anticoncepción o aborto e incluso un impuesto que desanime a tener hijos.
“Control” de pobresEs sintomático que estas políticas antihumanas se dirijan prioritariamente a países subdesarrollados y a poblaciones latinas y afroamericanas del primer mundo. Esto nos remonta a las políticas eugenésicas promovidas a inicios del siglo XX en Estados Unidos contra los pobres e inmigrantes, propuestas por la enfermera Margaret Sanger (1879-1966), fundadora de Planned Parenthood, y por otras organizaciones supuestamente filantrópicas.
Fe y medio ambienteEn un reciente congreso de Creatio sobre la fe y el medio ambiente, Lakshman Guruswamy, experto mundial en derecho ambiental; Bernard Amadei, fundador de Ingenieros sin Fronteras; Charles Chaput, arzobispo de Denver y reconocido líder en el episcopado norteamericano, y otros expertos, insistieron en una reflexión sobre el medio ambiente que tuviera como centro a la persona humana.
La continuidad y solidez del pensamiento social católico y su aplicación a los temas de la persona humana y el medio ambiente fue muy bien valorada, en especial el aporte de la última encíclica del papa Benedicto XVI, “Caritas in Veritatis”.
Descrédito ideológicoEl descrédito de las ideologías en el derecho internacional hace difícil fundamentar la obligación de ayuda internacional. Algunos recurren a John Rawls (1921-2002), quien se expresa en el lenguaje del liberalismo político pluralista, vigente en los organismos internacionales, y sostiene el deber de los pueblos desarrollados de asistir a sociedades que sufren dificultades.
Hay quienes critican esta postura, arguyendo que es incompatible con su fundamento en un contrato social liberal. Rawls, sin embargo, va más lejos y afirma que a través de la cooperación, los pueblos desarrollan cuidado y afinidad, y van más allá del interés propio hacia una preocupación mutua por las formas de vida y cultura. Esto los lleva incluso a querer sacrificarse los unos por los otros. Esto excede el marco de la idea ilustrada de un contrato social. Dichas afirmaciones —suponemos— son expresión de una conciencia moral que traspasa el marco teórico del liberalismo político para afirmar la solidaridad y la vocación al don de sí mismo que es dimensión esencial de toda experiencia verdaderamente humana.
Copenhague más humanoEl experto en derecho ambiental Lakshman Guruswamy organizó la Conferencia Mundial de Justicia y Energía (World Energy Justice Conferenc), preparatoria para la XV Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático (Copenhague, diciembre 2009).
Este foro incluyó, como una alternativa al limitado y constructivista planteamiento de Rawls, una presentación de la justicia desde el pensamiento social de la Iglesia Católica. En esta conferencia se ratificó una y otra vez la centralidad del ser humano, el desarrollo integral y la solidaridad. Ojalá veamos más signos de que la auténtica humanidad se libera del corsé racionalista.[*] Presidente de la Asamblea de la Universidad Católica San Pablo y Creatio, organización no gubernamental con sede en Denver, EE.UU., que promueve la creación inspirada en la enseñanza de la Iglesia Católica.

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