lunes, 30 de noviembre de 2009

Orientación y Consejería, Enfermería

El Dominical 29 de noviembre del 2009


ACTUALIDAD
Los estigmas del sida
Por: Jorge Paredes
A lo largo de la historia, las epidemias han modificado pueblos, ciudades e incluso continentes como sucedió en Europa con la peste. ¿Cuál ha sido el impacto del sida en la sociedad actual?El sida ha afectado sobre todo a poblaciones marginadas, tanto por cuestiones socioeconómicas como por formar parte de lo que se llaman las minorías sexuales. Si uno mira las cifras de una región o un país parece que el impacto no fuera tan alto, pero cuando uno se concentra en determinadas poblaciones, verá que la prevalencia es mucho mayor. En cuanto a salud, el impacto es enorme, tanto que yo diría que ha contribuido a revolucionar los sistemas de salud pública en los distintos países. El hombre ha entendido que la salud es un derecho humano.
¿Cuál ha sido el cambio en términos de salud pública?Hubo una época en que, desafortunadamente, se creyó que lo único que se podía hacer era prevenir. Pero en los últimos años se ha dado énfasis a una estrategia integral de prevención y tratamiento que no solo mejora la atención, sino también refuerza los sistemas de salud. Es decir, lo que se invierte en VIH contribuye a mejorar la red de atención primaria.
PREJUICIOSUsted afirma que los prejuicios alrededor del sida hacen fracasar las políticas de salud pública. ¿Cuáles son estos estigmas? El sida conlleva un estigma que empezó desde el inicio de la epidemia. Como no se sabía su origen, se lo vinculó con grupos que ya estaban marginados por sus prácticas sexuales o por sus orígenes. Se levantó un estigma sobre otro ya existente.
¿Se lo vinculó con grupos homosexuales que, se decía, llevaban una vida promiscua?Yo no empleo ese término, pues depende de la valoración de cada quien, pero también se lo vinculó al uso de drogas. Se decía que al fin y al cabo la gente se merecía este mal por la vida que llevaba. Por eso, al inicio, pocos gobiernos reconocieron el problema y se perdió una gran oportunidad. Incluso hoy, cuando se sabe que se transmite por un virus y que existen tratamientos eficaces, hay mucho prejuicio. Existen mujeres infectadas con VIH por sus parejas que no les dicen nada por temor a sufrir más violencia o a que las dejen.
¿Cómo atacar estos prejuicios?En primer lugar deberíamos atacarlos en el propio sistema de salud. Es un punto fundamental, pues la gente que acude a estos centros se siente muy marginada y maltratada.
IMPACTO SOCIALExiste, además, todo un problema de desempleo, ruptura familiar, marginalidad.Esta semana he entrevistado a personas con VIH en zonas muy pobres como Huaycán, El Agustino, y me contaban que a muchos los botaron del trabajo cuando se enteraron que tenían el virus. Creo que quienes se han criado en un ambiente familiar y sin violencia tienen mayores posibilidades de encontrar un apoyo que quienes han crecido en medio de la violencia doméstica, el alcoholismo o las drogas.
EDUCACIÓN SEXUAL¿Después de casi treinta años de existencia del virus, cree que se han generado cambios en la sexualidad de las personas?Hay una gran discusión sobre esto. Creo que a partir del VIH los gobiernos han aceptado más la educación sexual, no solo para prevenir el mal sino para sentar las bases de una sexualidad saludable. Para muchas personas, en el Perú y otros países, la única vía de conocimiento en este tema ha sido la escuela. Pero de ahí a que se hayan cambiado los comportamientos, es algo más difícil de establecer. Por ejemplo, la comunidad de hombres gays en América Latina esta muy informada sobre formas de prevención, pero al mismo tiempo tiene una alta incidencia de contagio. La sexualidad no siempre es algo muy racional.
Según el Ministerio de Salud, en el Perú hay más de 23 mil casos de sida y más de 36 mil infectados con VIH. La Dra. Castro presentó en Lima el estudio “Integración de la atención prenatal con los procesos de detección y el manejo clínico del VIH y la sífilis en el Perú”, trabajo desarrollado en colaboración con la Escuela de Medicina de Harvard, el Minsa, Unicef, Onusida y la institución Socios en Salud.

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