viernes, 13 de noviembre de 2009

Orientación y Consejería, Pwersona Familia y Relaciones Humanas, Enfermería

El Comercio 13 de noviembre del 2009

PREVENCIÓN EN LA ESCUELA Y EN EL HOGAR

¿Cómo evitar que su hijo o alumno consuma drogas?
Pese a la diversidad de opiniones sobre cómo el adolescente se inicia en el consumo de las drogas, el factor común es que estas están en los círculos sociales de la juventud con más fuerza. Es por eso que hay que estar alertas ante algunos factores que pueden hacer aun más vulnerables a los escolares en estos ambientes. El manual que publicó Devida esta semana señala algunos de estos indicadores.

1 Tomar en cuenta el nivel de autoestima que tiene el adolescente
La actitud que los jóvenes tienen hacia ellos mismos es básica para desarrollarse en los grupos sociales. Un joven con autoestima alta cree firmemente en ciertos principios, no pasa mucho tiempo preocupándose, tiene confianza en sí mismo y no se deja manipular por los demás. Un escolar que tiene hipersensibilidad ante la crítica y un deseo innecesario de complacer puede tender a refugiarse en las drogas.

2 Observar y cultivar la asertividad en el escolar
Un adolescente asertivo no oculta lo que piensa y lo expresa de manera clara. Si la situación amerita un no como respuesta, el menor tiene la capacidad para comunicar este sentimiento sin temor a ser rechazado. En el manual entregado por Devida muestran algunos ejemplos de cómo educar para que el adolescente elija por sí mismo, como el ofrecer alternativas ante proposiciones incómodas y sencillamente decir un no rotundo.

3 Tener en cuenta la firmeza que utilizan en la toma de decisiones
El estilo en el momento de tomar decisiones es básico para enfrentar situaciones de peligro, como en el caso de las drogas. Hay que tener en cuenta si el escolar tiene un modo impulsivo y dependiente al elegir. Hay que estimular un estilo más autónomo y racional, que analice las consecuencias.

4 Educar sobre los efectos de este consumo
El manual de Devida señala algunas actividades que pueden realizarse en el salón de clases desde el primer grado de primaria hasta quinto de secundaria. En el caso de los adolescentes, los talleres de conversación y sensibilización sobre las drogas y sobre los daños que ocasionan son efectivos.

5 ¿Qué hacer si ya es un consumidor?
Lo primero es no alarmarse y reconocer en qué momento del proceso de adicción está el menor. No hay que rechazarlo, pero sí demostrar desaprobación por esta conducta.

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