miércoles, 7 de abril de 2010

Orientación y Consejería, Psicopedagogía

El Peruano 07 de abril del 2010


MODELO ESPECIALISTA ARGENTINA EN ACOGIMIENTO FAMILIAR AHONDA EN ESTA FASCINANTE EXPERIENCIA
“Atrevámonos a ser la marca en la vida del otro”
Propone sumarse a iniciativa que transforma la vida de muchos niños
En el Perú 13 familias cobijan a 16 menores como si fueran sus hijos
Karina Garay
Rojaskgaray@editoraperu.com.pe
En estos tiempos en que todo parece estar bajo la sentencia de “usar y tirar” y donde se respira un cansancio colectivo cuando de ayudar a otro se trata, hablar del acogimiento familiar podría ser una piedra lanzada a lo más profundo del mar, o quién sabe, la oportunidad para darle razón a una vida aparentemente sin rumbo. Cruzo los dedos para que obre, en los que lean esta nota, el milagro de lo segundo.
No ocultaré mis ganas de hacer con este artículo, publicidad pura. Y como si fuera poco, despertar el compromiso social que muchos deben tenerlo dormido.El acogimiento familiar es muy simple, y a la vez complejo. Permite, con una serie de mecanismos y el apoyo de instituciones, que niños que por diversas razones no pueden permanecer junto a sus familias de origen, sean cobijados, por un lapso de tiempo, en hogares sustitutos. Ojo, no es imprescindible ser padre o madre de familia para hacerlo.
“Felizmente, ahora tenemos una visión más democrática de lo que es una familia. Reconocemos como apropiada una donde hay un hombre solo, o una mujer sola a cargo. Un soltero o soltera con deseos de constituir una familia agregando miembros. No nos preocupa el esquema formal, evaluamos el vínculo, el afecto, la capacidad de cuidado, la capacidad de proteger”.
Estamos con María Matilde Luna, líder de la Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar (Relaf), quien vino al Perú para evaluar cómo nos va con este tema y de paso alentarlo, con el propósito de dar a más pequeños la oportunidad de no perderse la experiencia única de vivir en familia.
“La institución en la que viven algunos niños no es una familia, por más que se parezca en muchos casos. Quienes los atienden no dejan de ser personas que trabajan, que rotan. Los niños no tienen una continuidad de referente afectivo. Hoy en día, está visible el daño que padecen los menores que pasan por las instituciones”, advierte.

El cuidado de “uno a uno”
Esta especialista argentina, que recorre la región para supervisar la implementación correcta de este mecanismo, relata que en los años 60 un psiquiatra infantil determinó que los bebés separados de sus padres desarrollaban una especie de psicosis, “autismo o marasmo”, que ponía su vida en peligro si es que no tenían cerca una persona que ejerciera “la función materna. El cuidado de uno a uno”.“Recuerdo –no hace mucho– que entré a una sala de bebés en otro país y observé que 30 de ellos no caminaban. Utilizaban sonda para alimentarse, y eso porque perdieron el reflejo de la succión, debido a la falta de estimulación”. Está demostrado que los niños que son separados de sus padres a muy temprana edad tienen una vida llena de inconvenientes y sufrimientos”, relata la especialista.
Causa y efecto

Las razones que podrían obligan a separar a los niños de sus padres, son varias, entre ellas la violencia, el abuso. Sin embargo, como destaca Luna, ninguna institución podrá reemplazar a la familia, y es por eso que cada vez más países están dejando progresivamente la modalidad de protección infantil en instituciones y albergues para dar mayor impulso a programas de acogimiento.
“El año pasado en Chile, hicimos un trabajo de sistematización, porque en los últimos 5 años disminuyó de manera global el número de niños separados de sus padres. Un número mayor están incluidos en programas de fortalecimiento de familias de origen, gracias a equipos sicológicos, ayuda social, monetaria, incluso alimentaria. A su vez, menos niños han sido incluidos en instituciones, a favor del crecimiento del programa de acogimiento, que ya está demostrando algunos resultados."
¿Me das un abrazo?

La líder de Relaf, que es psicóloga de profesión, refiere que las familias o personas interesadas en acoger a menores son evaluadas para analizar “si son capaces de aceptar la historia del niño, integrarla y eventualmente acercarse a conversar con la familia de origen”.“El niño no se confunde, es capaz de reconocer amor por su madre. Será él mismo el que querrá volver a su casa, si es que se dan las condiciones para ello”.“En esta doble pertenencia, el niño reconoce a su familia de origen. La familia de acogimiento, generalmente, no se resiste a que el niño vuelva a ella, ya que entiende que es lo mejor. Para eso se elige a familias que no tengan problemas de apropiación”, explica.Anota que cuando es posible, se fomenta que exista una relación entre ambas familias, a fin de que se reconozcan como protagonistas de la vida del niño y así amortiguar las rivalidades, los celos y las competencias.
Datos

Mientras que en la adopción hay una ruptura del vínculo con la familia de origen y el niño pasa a ser hijo pleno de otra; en el acogimiento, la nueva familia tiene al niño de manera temporal.
Sin embargo, de acuerdo con el perfil del menor y la evaluación de su familia de origen, podría decidirse la ruptura de ese vínculo vía judicial. El proceso siempre estará basado en el mayor interés del niño.
La palabra

María Matilde Luna
Sicóloga13 familias
El programa de acogimiento en el Perú, lanzado en 2007, debería dar el salto de la calidad a la cantidad. “La calidad existe porque el grupo que tienen es muy sólido, con su coordinadora del Inabif bien formada y comprometida. Hay necesidad de repetir y descentralizar la experiencia que por ahora está centralizada en Lima y Callao. En el Perú, 16 niños han sido acogidos en 13 familias y dos de ellas aceptaron a dos hermanos cada una. Es fantástico. Ahora, hay que destacar el modelo desarrollado en el Perú, en el que existe una cogestión entre el Estado y la sociedad civil, que está logrando buenos resultados.

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