
EL RETO DE LOS GOBIERNOS REGIONALES
Marcado atraso en la ejecución de obras
Por: Raúl Ferrero Jurista
Jueves 15 de Julio del 2010
Desde hace varias décadas los distintos gobiernos, con mayor o menor éxito, han venido haciendo esfuerzos por descentralizar el país, para que cada vez se tomen menos decisiones desde la capital de la República, de modo que las regiones pasen a tener mayor autonomía en los asuntos que le competen.
Muestra de este esfuerzo político es que entre las escasas reformas que se le han introducido a la Constitución de 1993 esté justamente la del capítulo sobre la descentralización.
Por eso preocupa que ese esfuerzo no se concrete en manifestaciones como el uso del dinero que anualmente les trasfiere el Gobierno a las regiones y estas no sean capaces de invertirlo oportunamente, pese a poder disponer libremente de él.
Así, según la información que ha hecho conocer el congresista Juan Carlos Eguren, tomando como referencia los datos del MEF, el avance sobre la ejecución presupuestal de los 26 gobiernos regionales, durante el primer semestre del año, en promedio, asciende tímidamente al 21,4%.
Los gobiernos municipales están un poco mejor, ya que su inversión en el mismo período llega al 33,9%, aunque este porcentaje también resulta insuficiente. A este respecto, el caso más dramático es el del Gobierno Regional de Áncash que, si bien ha recibido el monto más alto (principalmente por concepto de regalías provenientes de las actividades mineras) ascendente a S/.1.392 millones, ha utilizado solamente el 5,9% del monto mencionado. Igual es el caso de las regiones de Pasco y Huánuco, que tienen un porcentaje de inversión sobre el monto asignado que asciende únicamente al 7,3% y 7,7%, respectivamente.
La única región que ha ejecutado la mitad de su presupuesto —que alcanza el 58,4%—, es la de Lima Metropolitana; cerca de ella se ubica Piura con 48,5%.
Esto nos muestra, en términos generales, la terrible ineficiencia de los gobiernos regionales en la ejecución del presupuesto que tienen a disposición para la realización de las obras requeridas por sus circunscripciones.
Si bien esto se debe en mucho a la negligencia de sus gobiernos, también es cierto que la falta de una administración calificada influye en este retardo de la inversión pública necesaria en las regiones que son las unidades políticas encargadas de que la descentralización funcione en el campo de los hechos.
Este retraso en la ejecución de obras es lo que nos lleva a los déficits de agua, saneamiento, carreteras y, en general, de infraestructura que tiene el país, al que debemos agregar la lentitud del Gobierno Central. Tan es así que si cuantificamos el monto del déficit nacional en infraestructura, este puede llegar a un total estimado de 36 mil millones de dólares a la fecha.
El retraso en la inversión de las regiones resulta penoso, más aun si consideramos que para este año la inversión pública se consideraba uno de los motores para la reactivación económica del país. A este respecto, el Gobierno Central acusa un desarrollo de la inversión bastante parecido, aunque no tan serio.
Es evidente que la administración regional tiene un problema de gerencia para realizar las obras que requiere. A esto se agrega, en muchos casos, la deficiencia o carencia de proyectos que ameritan ser ejecutados, lo cual complica aún más las cosas.
Esto nos lleva a insistir en la necesidad de crear una escuela de administración pública, ya que no son suficientes los simples diplomados en gestión estatal.
Así como existen centros para todo tipo de estudios, tiene que haber uno para quienes tienen interés en trabajar en el sector público.
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