ETAPA. Acercamiento a los amigos
Chicas en busca de identidad
EL GRUPO SOCIAL ES UN ESPACIO EN EL QUE LAS NIÑAS ADQUIEREN ESTABILIDAD EN UNA ETAPA DE MUCHA INCERTIDUMBRE
Cuando se está sobre una superficie movediza, cuando no se sabe hacia dónde se va y ni siquiera cómo quedará el cuerpo luego de tanto cambio, es lógico que se produzca cierta incertidumbre que repercutirá –téngalo por seguro– en las relaciones con los amigos.
En primer lugar, la inseguridad lleva a las chicas a desear formar parte de un grupo y a identificarse con este de alguna manera, sea por la ropa, las costumbres, el modo de hablar, etc. La idea es encontrar un punto de seguridad en el plano social, lo cual se logra más fácilmente borrando las diferencias.
En este proceso pueden haber muchas alegrías y frustraciones, expectativas y decepciones, frente a lo cual los padres deben verse como un refugio sólido, como el punto de seguridad que siempre estará ahí.
AMIGOS CONFIDENTES
Asimismo, en este proceso los amigos –y ya no tanto los padres– cobran importancia como confidentes. “La relación con las amigas se vuelve más fuerte, más íntima, se cuentan secretos. Por lo tanto, aumenta la necesidad de privacidad. El grupo de referencia, la aceptación del mismo y la relación con sus pares se torna significativa. Y empiezan a llamarle la atención las personas del sexo opuesto”, comenta la psicóloga Rebeca Podestá.
Puede que surjan las primeras parejitas en un momento que, coincidentemente, empieza el despertar sexual. De ahí la necesidad de que los padres orienten a sus hijos sobre sexualidad y aclaren sus dudas.
PELIGRO A LA VISTA
Vale la pena advertir que los cambios en los cuerpos de las niñas pueden generar una reacción no muy inocente de parte de algunos hombres, chicos mayores que buscan una relación no apropiada para las niñas.
Al respecto, el psicólogo Dante Warthon manifiesta que estas personas se aprovechan de la inocencia de orden mental (frente a un cuerpo más de adulto) para satisfacer sus necesidades.
“Muchas niñas se sienten amenazadas porque cuando caminan por la calle son motivo de miradas y hasta de acoso verbal, lo cual muchas veces produce una reacción negativa en ellas, se asustan ante el tema sexual, por la manera tan cruda y directa como se expresan. Así, pueden empezar a odiar sus cuerpos y los cambios que afectan directamente la percepción que tienen de sí mismas [autoestima], por lo que podrían empezar a esconder sus cambios en el cuerpo, que son irreversibles”, comenta el psicólogo.
Todo esto puede generar un poco de ansiedad. Y –como dice el psicólogo Eduardo Segil, de Inppares– algunas veces les es difícil controlar estas nuevas emociones. “Las nuevas sensaciones y sentimientos respecto del sexo pueden hacer que se sientan apenadas o nerviosas. Por eso es importante saber que, al mismo tiempo que sus cuerpos se ajustan a las nuevas hormonas, sus mentes también lo hagan”, afirma Segil.
No es cuestión de asustarse, todos hemos pasado por la pubertad sin mayores contratiempos. Simplemente, es importante estar atentos, orientar y servir de apoyo.
TENGA EN CUENTA
Los cambios en las púberes no se limitan a ellas. El psicólogo Dante Warthon comenta que generalmente en un hermano o en el papá de la niña hay un sentimiento de vergüenza (le llaman vergüenza ajena), porque ya no se trata de la misma niña que conocieron. Además de los cambios físicos, hay otros de comportamiento, gustos, maneras de pensar, etc., que los obliga a tener otro tipo de acercamiento con ella.
Existen nuevos riesgos. Según la psicóloga Rebeca Podestá, estos se relacionan con la vulnerabilidad: ceder a la presión de grupo, consumo de drogas, embarazos no deseados, disminución de la autoestima y trastornos de la alimentación, debido a la dificultad para aceptar los cambios en su cuerpo. Hay que estar atentos a este tipo de situaciones.
Nadie está libre de vivir momentos sociales difíciles en el colegio, por eso se aconseja tener grupos de amigos en clubes y otros lugares, de manera que sirvan de contención.
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