NO PROMUEVA LA COMPETENCIA ENTRE LOS HIJOS
Cuando los hermanos pelean
Miércoles 8 de Setiembre del 2010
Así como existen momentos agradables en la convivencia familiar, pueden también presentarse discusiones y peleas entre algunos de sus miembros. En la relación entre hermanos, por ejemplo, será inevitable que haya rencillas ocasionales, pues cada niño procurará atraer para sí la atención y afecto de los padres, uno de los motivos por el que podrían competir.
“La rivalidad fraternal implica sentimientos de competencia que se producen en los hermanos, generalmente por celos. Todos hemos experimentado emociones de molestia o disgusto con alguien a quien queremos; entre los hermanos esto también ocurre y se expresa a través de peleas y discusiones que pueden llegar incluso a agresiones físicas”, explica Larissa Bálsamo, decana de la Facultad de Psicología de la Universidad Científica del Sur.
La psicóloga Sandra Grández, subdirectora del centro de desarrollo de talentos Arcade, refiere que la rivalidad entre hermanos es necesaria hasta cierto punto, ya que les permite experimentar en casa sus primeras vivencias de conciliación y negociación.
Empero, agrega, “es tarea de los padres encaminar las soluciones de las rivalidades y evitar que lleguen a la agresión física”.
Nelly Chong, directora del Instituto Familiar Sistémico de Lima (Ifasil), recomienda a los padres orientar a los hijos para encontrar formas de solucionar los conflictos que no sean a través de la violencia.
“La familia debe incentivar la relación solidaria y no de competencia entre hermanos. Muchos padres, sin darse cuenta, promueven la competencia innecesaria, al comparar a un hijo con otro y olvidan que cada niño tiene sus virtudes y defectos que lo hacen único y valioso”, detalla.
Cuando los hermanos pelean
Miércoles 8 de Setiembre del 2010
Así como existen momentos agradables en la convivencia familiar, pueden también presentarse discusiones y peleas entre algunos de sus miembros. En la relación entre hermanos, por ejemplo, será inevitable que haya rencillas ocasionales, pues cada niño procurará atraer para sí la atención y afecto de los padres, uno de los motivos por el que podrían competir.
“La rivalidad fraternal implica sentimientos de competencia que se producen en los hermanos, generalmente por celos. Todos hemos experimentado emociones de molestia o disgusto con alguien a quien queremos; entre los hermanos esto también ocurre y se expresa a través de peleas y discusiones que pueden llegar incluso a agresiones físicas”, explica Larissa Bálsamo, decana de la Facultad de Psicología de la Universidad Científica del Sur.
La psicóloga Sandra Grández, subdirectora del centro de desarrollo de talentos Arcade, refiere que la rivalidad entre hermanos es necesaria hasta cierto punto, ya que les permite experimentar en casa sus primeras vivencias de conciliación y negociación.
Empero, agrega, “es tarea de los padres encaminar las soluciones de las rivalidades y evitar que lleguen a la agresión física”.
Nelly Chong, directora del Instituto Familiar Sistémico de Lima (Ifasil), recomienda a los padres orientar a los hijos para encontrar formas de solucionar los conflictos que no sean a través de la violencia.
“La familia debe incentivar la relación solidaria y no de competencia entre hermanos. Muchos padres, sin darse cuenta, promueven la competencia innecesaria, al comparar a un hijo con otro y olvidan que cada niño tiene sus virtudes y defectos que lo hacen único y valioso”, detalla.
PARA TENER EN CUENTA
Acepte las diferenciasLos padres deben observar su comportamiento y la relación con sus propios hermanos, pues los niños imitan muchas actitudes de sus progenitores.
Puede suceder que los padres se lleven mejor con uno u otro hijo debido a la compatibilidad de caracteres, lo que puede llevar a manifestar involuntariamente preferencias. Haga un esfuerzo para conocer y aceptar las diferencias entre sus hijos y acercarse a ellos para evitar que se produzcan celos.
Si tiene problemas con su pareja, no involucre a sus hijos en estos ni los obligue a tomar partido por uno u otro. Esto podría causar rivalidades y peleas entre los hermanos y dificultar las relaciones familiares.
Puede suceder que los padres se lleven mejor con uno u otro hijo debido a la compatibilidad de caracteres, lo que puede llevar a manifestar involuntariamente preferencias. Haga un esfuerzo para conocer y aceptar las diferencias entre sus hijos y acercarse a ellos para evitar que se produzcan celos.
Si tiene problemas con su pareja, no involucre a sus hijos en estos ni los obligue a tomar partido por uno u otro. Esto podría causar rivalidades y peleas entre los hermanos y dificultar las relaciones familiares.
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