«La buena información que está oculta es inútil; la mala información que está fácilmente disponible es nefasta»
viernes, 10 de diciembre de 2010
Ciencias Sociales
LAS FILTRACIONES DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO
Wikileaks y la prensa
Por: Carolina Benavides Piaggio Psicóloga
Viernes 10 de Diciembre del 2010
La opinión pública internacional ha reaccionado atónita tras la difusión de extractos de más de 250.000 informes catalogados como confidenciales o secretos de las embajadas estadounidenses, dirigidos al Departamento de Estado, que abarcan desde diciembre de 1996 hasta el 28 de febrero del 2010. Wikileaks, liderada por el australiano Julian Assange, decidió en esta oportunidad asegurar la publicación del valioso material poniéndolo a disposición de cuatro diarios y un semanario, del mayor prestigio e independencia. Es la tercera y la más impactante oportunidad en que Wikileaks confronta al mundo con sus sensibles filtraciones a través de reputados medios escritos. Las dos primeras veces (los diarios de guerra de Afganistán, en julio y de Iraq, en octubre), asumieron el candente cometido “The New York Times”, “The Guardian” y “Der Spiegel”. Ahora participaron adicionalmente “Le Monde” y “El País”, que se edita también en varios países de América Latina, en convenio con acreditados periódicos de nuestra región.
Como es natural, los lectores nos hemos concentrado en el contenido de las publicaciones y nos hemos enterado, por ejemplo, de la pobre opinión que tienen los diplomáticos estadounidenses de varios de sus aliados: a Ángela Merkel la llaman “teflón”, a Sarkozy lo consideran excesivamente autoritario, presumen que Silvio Berlusconi está involucrado en negociados con Vladimir Putin y mermado en su capacidad de gobernar por su licencioso estilo de vida, y desconfían de la capacidad de liderazgo del líder opositor español, Mariano Rajoy. Asimismo, nos enteramos de las inverosímiles y exitosas presiones al Poder Judicial español, para evitar que el juez Garzón se encargue de la causa de Guantánamo. En nuestra vecindad, los funcionarios estadounidenses se muestran preocupados por la salud mental de la presidenta Fernández de Kirchner, además de las predecibles inquietudes y desvelos que les produce Hugo Chávez –directamente vinculado al servicio secreto cubano–, Evo Morales y Rafael Correa.
Lo que escapa de la atención del lector es que el Departamento de Estado instó a los medios en cuestión –sobre todo al “The New York Times”– a la no publicación. Se arguyeron cuestiones de seguridad individual, de intereses de Estado, etc. Sin embargo, los cinco grandes del periodismo mundial habían asumido ya el papel encomendado con responsabilidad y escrupulosa meticulosidad, desde el momento mismo en que recibieron los documentos. En cada una de las publicaciones, alrededor de 50 periodistas especializados se dedicaron durante cinco meses a revisar y a procesar el tan enorme como disperso material. Al respecto, escribe Juan Cruz, en “El País”, respondiendo a un dirigente del PP que sostuvo que se trataría de chismes sin contexto, que el aludido “había leído por encima o no había elaborado mucho, puesto que sus colegas del diario le habían impuesto cemento al material proteico que podría haberse diluido”.
Sí, este es el tipo de periodismo al que aspiramos los peruanos. No solo plural en las opiniones y objetivo en las noticias, sino también con comprometida y enterada dedicación.
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