jueves, 29 de septiembre de 2011

Ciencias Sociales






LEMANIA Y FRANCIA

No dejarán caer al euro

Por: Raúl Ferrero Costa Jurista
Jueves 29 de Setiembre del 2011
Algo más que una crisis económica-financiera del euro es lo que está en juego hoy para el futuro del Viejo Continente. Recordemos que la creación de esta moneda responde a un plan político elaborado con gran esfuerzo por los países europeos, que propuso la creación de la Eurozona (a la cual pertenecen 17 de los 27 países integrantes de la Unión Europea), para unir a la mayor cantidad de estados miembros, acercar sus economías y superar juntos las diferencias que los mantuvieron apartados y hasta en conflicto durante muchas décadas.
Tanto Alemania como Francia han llegado a la conclusión de que deben liderar una Europa que sea capaz de competir sin desventaja con el bloque anglófilo (Gran Bretaña y EE.UU.) en igualdad de condiciones, para enfrentar a los demás bloques político-económicos del mundo en mejores condiciones.
Esto coincide con el buen momento por el que vienen atravesando las relaciones equilibradas entre Alemania y Rusia. Las dos han asumido que les resulta indispensable mantener ese nivel de entendimiento para no solo contrapesar el bloque EE.UU.-Gran Bretaña, sino eventualmente lo que pueda pretender ese gigante en que se ha convertido China en las últimas décadas.
Por eso, no resulta tan sencillo que Grecia termine saliendo de la Eurozona, debido a que pasa por una crisis seria, pero no necesariamente inmanejable.
Alemania y Francia no van a dejar que ello suceda sin tratar por todos los medios de evitarlo. Lo que está en riesgo es mucho más que el simple retiro de Grecia y regreso a su anterior moneda, el dracma. Ello representaría el primer fracaso de un proyecto que busca un balance político que la dupla mencionada considera como prioritario.
Esta es la principal razón por la que está en juego algo más que la solución de la crisis económica internacional: se trata del balance político de fuerzas que pugnan por mantener sus liderazgos y así lograr el equilibrio estratégico que necesitan. No olvidemos que la crisis estadounidense tiene su origen en un factor político, como es el gasto excesivo que le han representado las dos últimas guerras con Iraq y Afganistán, cuyo altísimo costo es el responsable de los problemas que hoy debe afrontar con una inmensa deuda pública que en algún momento deberá pagar.
Dentro de este escenario, América Latina no cuenta lo suficiente como para poder influir, lo cual, si bien tiene sus desventajas, no deja de ofrecer algunas ventajas. La principal podría resultar en que no siendo una región todavía directamente afectada por la crisis, sería un foco de atención interesante para la inversión extranjera que busca oportunidades en un área alejada de los riesgos inmediatos.
Esto puede ser muy bien ser aprovechado por países como el nuestro, con sectores suficientemente atractivos para recibir nuevas inversiones. Empero, la crisis por la que atraviesan las potencias industrializadas pone en riesgo a las economías de los países menos avanzados que, a pesar de haberse portado bien, sufrirán las repercusiones del mal manejo de los grandes.
Ante todo esto, el Fondo Monetario Internacional, creado en Bretton Woods (1944) después de la Segunda Guerra Mundial, muestra poca capacidad para el manejo de una situación que ha rebasado sus capacidades, lo que demuestra que solo sirve para ocuparse de supervisar a los países que no sean potencias económicas.
Finalmente, a los líderes de la Eurozona no les conviene dejar caer a su moneda común, ya que ello afectaría directamente a la más amplia Unión Europea, debilitándola como importante contrapeso en el concierto político y económico internacional.

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