COLUMNA DEL DIRECTOR
El filósofo indignado
Por: Francisco Miró Quesada Rada
Este joven, ahora con 93 años, escribió un pequeño libro en el 2010, con el título de “¡Indignaos!”, que sirvió de inspiración a los ‘indignados’ españoles, griegos y de otros países europeos que han salido este año a protestar contra las políticas de ajuste económico y los políticos que las quieren implementar.
El impacto de la obra de Hessel nos recuerda la influencia que, a fines de los años sesenta del siglo pasado, tuvieron las obras del filósofo alemán Marcuse en los movimientos estudiantiles norteamericanos, pero, sobre todo, en la famosa revolución francesa de 1968.
Llama la atención cómo el pensamiento social y político de Hessel no ha variado ni un ápice desde cuando fue un joven rebelde contra los nazis. En 1941 se compromete con la resistencia y se pone al servicio de Charles de Gaulle en Londres. Capturado por la Gestapo, lo llevan al campo de concentración de Buchenwald y posteriormente al de Dora, de donde escapa dos veces de ser ahorcado. La condena contra Hessel fue doble: por estar en la resistencia y por ser judío; su padre fue un destacado escritor y traductor judío. Nació en Berlín pero se naturalizó francés en 1937.
Pero Stéphane Hessel no se conforma con llamar a los ciudadanos de la Unión Europea a indignarse contra las instituciones financieras culpables de la crisis, sino que los insta a la acción en la reciente obra titulada “¡Comprometeos!”, que contiene una larga entrevista que le hace el activista ecológico francés Gilles Vanderpooten, sesenta años menor que Hessel. ¿Hasta dónde puede llegar el impacto de su pensamiento? Solo el tiempo lo dirá, pero es un hecho, como ha sucedido otras veces, que la filosofía social aflora en época de crisis y pretende señalar el rumbo de la historia.
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