jueves, 17 de noviembre de 2011

Ciencias Sociales







PUNTO DE VISTA

Malos tiempos, presidente

Por: Waldo Mendoza B Economista (*)
Jueves 17 de Noviembre del 2011
El período comprendido entre los años 2012-2016 no se parecerá al de su antecesor. El crecimiento económico será mucho menor, la pobreza se estabilizará o caerá muy lentamente, y habrá mucho menos inversión minera. Todo esto a pesar de que su política económica es, esencialmente, la misma que aplicaron García y Toledo.
El problema, presidente, es que el contexto externo e interno que su gobierno enfrentará en estos 5 años será radicalmente diferente.
Respecto al contexto externo, lo de Europa no tiene arreglo. Primero era solo Grecia, ahora son Grecia, Portugal, España e Italia, y todo indica que Francia será el próximo integrante de este club de ricos en problemas. En los últimos días han fugado capitales, incluso de economías saludables como Austria, Holanda y Finlandia.
La recesión europea será de larga duración, habida cuenta de que ya no hay mucho espacio para hacer políticas contracíclicas. Como Europa representa casi un cuarto del PBI mundial y tiene relaciones financieras y comerciales con Estados Unidos y China, el escenario más probable es el de un estancamiento de la economía mundial de larga duración.
En el lado interno hay dos problemas. En primer lugar, está llegando a su fin la etapa fácil de la inversión en la minería. Por distintos motivos (la tesis troglodita del “perro del hortelano”, la defensa del agua y la agricultura por los pobladores de los espacios mineros, motivaciones políticas) la inversión minera del próximo quinquenio será apenas una fracción de los US$41.000 millones que se esperaban.
En segundo lugar, la población pobre no percibe indicios de que la lucha por la inclusión social se haya iniciado. Según las encuestas de opinión recientes, entre los que apoyan vuestra gestión, la fracción de los que votaron (segmentos C, D y E) viene achicándose sostenidamente.
En resumen, tanto por la crisis externa como por las menores inversiones mineras, el crecimiento de los próximos años puede estar por debajo del 4%; y la población pobre estará pidiéndole cuentas todos los días.
¿Qué hacer? Para aminorar los efectos de la crisis externa, la receta es una mezcla dosificada de políticas fiscales y monetarias expansivas. Sobre la inclusión social le queda la tarea de elevar sustantivamente la presión tributaria para destinarlos a los que menos tienen.
Para lo de la minería, no tengo idea de qué se puede hacer.
(*) Jefe del Departamento de Economía de la PUCP

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