PERMITA QUE LOS NIÑOS EXPRESEN SU TRISTEZA
Cuando ellos preguntan sobre la muerte
“Al cumplir 6 años, los niños pueden empezar a angustiarse por el tema de la muerte, pero quienes más sufren la pérdida de un ser querido son los adultos, ya que ellos tienen esta idea más clara”, comenta María Isabel Cifuentes, psicóloga de la asociación Taller de Niños. Ellos necesitarán que alguien mayor les explique con claridad y paciencia que la muerte es absoluta.
Los más pequeños entienden la idea de la muerte de una forma sencilla, lo que les permite asimilar con mayor facilidad la partida de un familiar, aunque no la lleguen a comprender en toda su magnitud, sobre todo si se presenta como parte de un proceso natural. Sin embargo, eso no los vuelve ajenos a la sensación generalizada de tristeza durante la etapa de duelo dentro del núcleo familiar.
Es importante que no se intente esconder la tristeza ni censurarla, ya que compartirla y conversar sobre ella con sus padres les permitirá crear vínculos sentimentales sólidos que los ayudarán a superar la pérdida del ser querido y sentirse más próximos a su familia. Es necesario aclararles que es una etapa, que no se trata de ningún tipo de castigo y que, a pesar de las dificultades, sus necesidades todavía serán atendidas como prioridad.
Los niños también presentarán síntomas propios de un duelo, como un retraimiento y regresión a etapas previas de desarrollo, pero es necesario monitorear constantemente estas variaciones para evitar que se compliquen en pataletas frecuentes y prolongadas, apatía y un desinterés generalizado.
PUNTO DE VISTA
Niños la asumen abstracta
Cuando se habla de la muerte con los niños, es necesario utilizar un lenguaje sencillo para que puedan entender sin muchas dificultades en qué consiste. Para ellos todavía es un término muy abstracto que les genera temor, no porque les pueda suceder a ellos, sino porque en general la perciben como algo negativo.
Esta barrera comunicativa hace que los niños requieran una atención especial al momento de explicarles el tema de la muerte. Los adolescentes manejan más conceptos y exteriorizan con mayor facilidad sus sentimientos, pero los niños más pequeños no lloran solo por tristeza. Por eso hay que tener especial atención a síntomas como irritabilidad, fastidio o insomnio.
RODNEY WARTHON. PSICÓLOGO
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