jueves, 24 de noviembre de 2011

SE FUE UNA INSIGNE BIBLIOTECARIA

Estimados lectores, no acostumbramos nosotros los bibliotecólogos a hablar ni comentar mucho sobre nuestros colegas, pero no podemos dejar de pasar esta semblanza publicado por el colega Fernando Pebe en su blog, sobre la insigne bibliotecaria Carmen Checa de Silva, maestra de muchas generaciones de bibliotecarios, quienes hoy lamentamos su partida, pero sus enseñanzas quedan, aqui los invito a compartir esta semblanza:


Se cerró el extremo cronológico de una eminencia de la bibliotecología peruana: Carmen Checa de Silva, dejo de existir el sábado 19 de noviembre.

Con hondo pesar la comunidad bibliotecaria del Perú, recibió la noticia del sensible fallecimiento de una de sus máximas exponentes: la señora Carmen Checa de Silva.

A la edad de 88 años falleció en Lima la insigne bibliotecaria: Carmen Checa de Silva.  El deceso ocurrió la noche del sábado 19 de noviembre, después de que  sus colegas del CBP, terminaban de celebrar el tradicional almuerzo de camarería, por el día del bibliotecólogo peruano.

Indesmallable e insigne Bibliotecóloga de profunda vocación humanista, que llevó los libros al campo y a la fábrica, sea con el Bibliobús o con el Maletín Bibliográfico. Queridísima Directora Nacional de Bibliotecas Públicas y Populares, estarás por siempre en nuestros corazones y diario quehacer. CBP

 
Bibliobus, símbolo del trabajo creativo de Carmen Checa 
 

TESTIMONIO

Conocí a la señora Carmen Checa de Silva una mañana de abril de 1977. Cuando en mi calidad de bibliotecario de la cooperativa San Isidro de Huaral, fui a la Oficina Nacional de Bibliotecas Públicas y Populares (ONBPP); para gestionar un donativo de libros.

Mientras esperaba su atención pude observar que la señora Carmen Checa ordenaba el envío de cajas de libros, material didáctico, carteles de motivación lectora. Contestaba llamadas telefónicas, firmaba documentación  escrita, redactaba respuestas.

Su escritorio estaba lleno de revistas, correspondencia nacional y del extranjero, informes, proyectos, etc. La mañana estaba agitada.  Sus colaboradores no tenían descanso, pero para ellos era un día normal de trabajo.  Su área era una verdadera colmena de laborioso trabajo.

Luego de las presentaciones del caso, recuerdo que  le dio mucho gusto saber que un joven bibliotecario, se había atrevido trabajar en provincias. Me lleno de elogios, que hasta ahora recuerdo sus profundos ojos azules mirándome fijamente.

Desde entonces volví a  verla un par de veces. Hasta que decidí hacerla asesora de mi tesis de graduación que se titulo: “Organización y Funcionamiento de la Biblioteca Rev. Padre Arquímedes Fuertes Villar de la CAC San Isidro de Huaral”. Sus aportes y sugerencias fueron de vital importancia para titularme como bibliotecario.

Tiempo después Carmen Checa de Silva me solicito por teléfono una donación de libros técnicos, para una biblioteca piurana. Recuerdo que ella misma fue a recoger el donativo al SENATI. Era 1999.

Carmen Checa Solari de Silva, ya se había retirado de la Biblioteca Nacional, pero fiel a su estilo seguía apoyando toda iniciativa bibliotecaria. Después de un emotivo reencuentro, conversamos largamente de los muchos proyectos que había dejado en agenda. “50 años de mi vida entregados a multiplicar bibliotecas me parece muy poco”, me confeso aquella histórica mañana.

Por aquellos años la señora Carmen Checa estaba asesorando al Centro  de Documentación e Información de Literatura Infantil.
Fue una ocasión propicia para entregarle en  edición fotocopiada  mis cuentos de Huaralín, que lo tenía archivado en el anaquel del olvido.

A la mañana siguiente –para mi sorpresa- recibí su llamada proponiéndome publicar mis cuentos en una edición a todo color y ser distribuidos a nivel nacional. El libro fue financiado por una ONG de Holanda: Tierra de Hombres,  se contrato a la mejor dibujante infantil de la época, la acuarelista Giselle Beck.
Mi única condición fue que la señora Carmen Checa de Silva prologara mis cuentos. Fue la mejor publicación del CIDELI (1999), que el 2004 se publicó la 3ª. ed.

Estas breves semblanzas la pintan de cuerpo entero, como una profesional entregada a su vocación de servicio. Ahora su inquieto espíritu transita por pueblos ignotos, que se beneficiaron con la luz del conocimiento. Pueblos que jamás conoció –como hubiera querido en vida-, pero que sabían de su existencia.

Anónimas autoridades, maestros y lectores del Perú profundo, asocian su nombre con las bibliotecas que ayudo a formar., que es su mejor legado que deja para la posteridad. Nuestra querida maestra que supo cumplir con su misión en la tierra, que Dios la tenga en su gloria.

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