lunes, 19 de marzo de 2012

Religión, Pastoral







POSDATA. JOSÉ ANTONIO FORTEA CUCURULL, SACERDOTE Y TEÓLOGO ESPECIALIZADO EN DEMONOLOGÍA

“Para los ateos la presencia maléfica está descartada, pero el demonio existe”

Tengo 43 años. Nací en Barbastro, España. Cursé mis estudios de teología para el sacerdocio en la Universidad de Navarra. En 1998 defendí mi tesis de licenciatura “El exorcismo en la época actual”, para la cual presencié 14 exorcismos y estuve un mes encerrado en la biblioteca del Congreso de EE.UU., en Washington. He realizado decenas de exorcismos y he escrito un tratado sobre demonología titulado “Summa Daemoniaca”. Soy aficionado a la literatura y he escrito una decena de novelas sobre el Apocalipsis.
Por: Bruno Rivas
Lunes 19 de Marzo del 2012


No quería ser exorcista, pero sus superiores le dieron esa misión y afirma que solo la realiza por amor al prójimo. Para él, y pese a lo que puedan decir los no creyentes, su actividad está motivada por la razón. Plantea que si algo no se puede explicar por la ciencia, la última respuesta que queda es la espiritual.
Al pensar en un exorcismo lo primero que suele venir a la cabeza son películas como “El exorcista” o “El exorcismo de Emily Rose”. — ¿Qué de cierto y qué hay de mito en esas cintas?
El proceso está bien reflejado en esas cintas. Me refiero al ritual que realiza el sacerdote. Sin embargo, la de la posesión sí está exagerada y sobredimensionada. Ocurre lo que está relatado en los Evangelios. El poseído puede tener doble personalidad, tirarse al suelo, gritar, tener aversión hacia lo sagrado, pero raramente puede hacer algo que no se puede explicar como tener fuerza sobrehumana. Alguna vez puede hablar en lenguas, pero no es común.
— ¿Existe el demonio? ¿Lo ha visto?
Nunca he visto al demonio ni he tenido una visión, pero he visto a personas que encajan con lo que en los Evangelios son los endemoniados, muestran signos de una presencia maléfica. Para los ateos militantes, esa opción está descartada, pero para cualquier persona abierta a la intervención del espíritu esas personas están bajo el influjo y por lo tanto existe el demonio.
— ¿Qué ha visto? ¿Ha sido testigo de experiencias sobrenaturales?
En pocos casos y gracias a testigos totalmente fiables, he conocido de fenómenos que no se pueden explicar, salvo como una actividad demoníaca. Son pocos los casos, pero he escuchado de sacerdotes que no se dedican al exorcismo historias de personas que se han elevado en el aire. Yo mismo he visto cómo una niña de 8 años hablaba en latín por obra del demonio.
— ¿Por qué se produce la posesión?
Es un misterio. Se da en niños que no han hecho nada malo. Siempre decimos que no hay que exponerse al peligro: la brujería, la santería, la ouija, son puertas que se abren.
— ¿No existe el riesgo de confundir una posesión con un problema mental o una sugestión?
Algunos psiquiatras tratan de explicar todo esto a través de la enfermedad. Nosotros decimos si ustedes pueden curar estos casos perfecto, pero si no, déjennos rezar por ellos. La posesión existe porque hay casos que ya los han visto magníficos psiquiatras y no los han curado.
— En sus memorias señala que hasta los 15 años para usted la Iglesia era poco importante y el tema del pecado le parecía anacrónico. ¿Qué lo hizo cambiar?
Me ocurrió una cosa que fue un milagro. No tuve ninguna visión, no oí la voz de Dios. Simplemente un día de golpe comprendí fulminantemente que era un pecador. Pensaba en que me va bien, no me va bien, me conviene o no. Pero incluso después de ese episodio yo no quería ser sacerdote. Quería casarme, vivir bien, sin hacer daño a nadie. Ese era el fin de mi vida. Pero de pronto viene esa idea que con el tiempo me llevó al seminario. Mi vida entra en otra dimensión, en la de la de amistad con Dios.
— Además del exorcismo ha escrito una serie de diez novelas cuyo tema principal es el Apocalipsis…
Me movió la pregunta de un joven que estudiaba matemáticas en un ómnibus: “Padre, ¿qué sabe la Iglesia sobre el Apocalipsis. ¿Se sabe cómo descifrarlo?”. Yo le dije que sí, que hay cosas que se saben y otras que son dudosas. Después esa pregunta se me quedó en la mente: ¿Por qué no escribir un libro sobre este asunto? Se me ocurrió escribir una novela en vez de un libro de teología. Me dije hagamos que la teología se convierta en ficción, en narratividad.
— Hay una profecía maya que indica que este año es el fin del mundo.
Una cosa puedo decir con toda seguridad. Los signos del fin del mundo no están presentes en nuestra generación. Dios dio signos para que los creyentes identificaran que nos acercábamos al fin de esta era y no veo ninguno en nuestra época. Sí creo que hay mucho pecado y que puede venir algún tipo de purificación. Pero eso ha ocurrido siempre a lo largo de la historia. Ha habido purificaciones que no eran el fin del mundo. Ha habido momentos de tribulación, pero el Apocalipsis solo llegará una vez.
— ¿Y eso de purificación?
Aunque los hombres creen que el mundo está dejado a sus propias fuerzas, que estamos abandonados al azar, lo cierto es que la mano de Dios actúa deteniendo o permitiendo los males. Cuando el pecado crece mucho, a veces Dios permite males para que los hombres vean lo poco que pueden hacer por sí mismos.
— ¿Tras tantos años haciendo exorcismo no tiene miedo de ser atacado?
No he sufrido venganzas del demonio. Aunque sé de colegas que sí han sufrido esos ataques, pero a mí no me ha pasado.

No hay comentarios: