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jueves, 17 de noviembre de 2022
lunes, 14 de marzo de 2022
viernes, 28 de septiembre de 2018
Pedagogía
Mónica Lanchipa: la maestra que revoluciona el aula con libros de cartón
Con su propia voz, la profesora nos habla de sus libros cartoneros, un proyecto con el que estimula el cuidado al medio ambiente, la comprensión lectora y la creatividad de sus alumnas.

En el 2016, Mónica Lanchipa obtuvo las Palmas Magisteriales, el máximo reconocimiento a un profesor por parte del Estado.
Por: Mónica Lanchipa
En 33 años de docencia, mi mayor motivación ha sido innovar en el aula. Muchos profesores creen que los grandes cambios se hacen fuera, en los grandes proyectos, y que lo que uno hace en el salón no es muy importante. No es así y quiero contagiar a los profesores la pasión por innovar.
En el 2007 nació la idea de mi proyecto “Unidos en defensa de un ambiente sano y por la paz”. Fue a raíz de un trabajo que debía hacer mi hija para su feria de ciencias. En casa, pensamos en hacer un proyecto de reciclaje, reutilizando el cartón. Dos años después, me di cuenta que podía aplicarlo en mis aulas.
El colegio Santísima Niña María de Tacna, donde enseño, está cerca a un mercadillo. Tacna es una zona comercial y al final del día siempre se encuentra cartón botado. Con ayuda de los padres de familia, comenzamos por recoger el cartón. Armamos los libros con papel bulky y usamos los cartones como tapa.
Ahora, cada niña hace tres libritos por año y pinta sus propias carátulas. Hemos hecho casi 1.500 libros con las niñas. Cerca de 300 se han quedado en el colegio, en nuestra biblioteca cartonera. Y gracias a este proyecto recibí las Palmas Magisteriales 2016.
En 33 años de docencia, mi mayor motivación ha sido innovar en el aula. Muchos profesores creen que los grandes cambios se hacen fuera, en los grandes proyectos, y que lo que uno hace en el salón no es muy importante. No es así y quiero contagiar a los profesores la pasión por innovar.
En el 2007 nació la idea de mi proyecto “Unidos en defensa de un ambiente sano y por la paz”. Fue a raíz de un trabajo que debía hacer mi hija para su feria de ciencias. En casa, pensamos en hacer un proyecto de reciclaje, reutilizando el cartón. Dos años después, me di cuenta que podía aplicarlo en mis aulas.
El colegio Santísima Niña María de Tacna, donde enseño, está cerca a un mercadillo. Tacna es una zona comercial y al final del día siempre se encuentra cartón botado. Con ayuda de los padres de familia, comenzamos por recoger el cartón. Armamos los libros con papel bulky y usamos los cartones como tapa.
Ahora, cada niña hace tres libritos por año y pinta sus propias carátulas. Hemos hecho casi 1.500 libros con las niñas. Cerca de 300 se han quedado en el colegio, en nuestra biblioteca cartonera. Y gracias a este proyecto recibí las Palmas Magisteriales 2016.
Los libritos ecológicos
Con este proyecto, las niñas pueden estimular su creatividad, pues escriben sus cuentos y realizan trabajos de arte. Al fin de año, tienen libros de su propia autoría y pueden compartir sus obras con las niñas de grados más bajos. También hemos hecho una biblioteca con libros y cuentos de medio ambiente, que las niñas leen en los recreos. Las dos propuestas se juntaron en el programa “A leer se aprende leyendo”.
Los sábados tenemos talleres de medio ambiente con la asociación D’Cada Ciudadano. Hemos comenzado a trabajar proyectos de reciclaje con residuos tecnológicos: estamos haciendo llaveros con las letras de teclados de computadora ya malogrados. Ahora, también aplicamos la tecnología para difundir nuestros trabajos: muchos posts son escritos por las alumnas, y luego los subimos a los blogs de nuestros proyectos.
Con este proyecto, las niñas pueden estimular su creatividad, pues escriben sus cuentos y realizan trabajos de arte. Al fin de año, tienen libros de su propia autoría y pueden compartir sus obras con las niñas de grados más bajos. También hemos hecho una biblioteca con libros y cuentos de medio ambiente, que las niñas leen en los recreos. Las dos propuestas se juntaron en el programa “A leer se aprende leyendo”.
Los sábados tenemos talleres de medio ambiente con la asociación D’Cada Ciudadano. Hemos comenzado a trabajar proyectos de reciclaje con residuos tecnológicos: estamos haciendo llaveros con las letras de teclados de computadora ya malogrados. Ahora, también aplicamos la tecnología para difundir nuestros trabajos: muchos posts son escritos por las alumnas, y luego los subimos a los blogs de nuestros proyectos.

Los proyectos de la profesora Lanchipa sobre ecología van desde el reciclaje hasta la preservación.
También estoy comenzando a incluir robótica en el proyecto. Este año, las niñas están creando prototipos de máquinas que ellas piensan que podrían recoger el plástico en el mar. Primero los arman en Lego, y luego le colocan la parte tecnológica. En unos meses, vamos a comenzar a programarlos. No podemos olvidar que las niñas y niños de hoy son nativos digitales: somos los profesores quienes debemos adaptarnos al cambio.
Un consejo que puedo dar a los docentes es que se acostumbren a sistematizar sus proyectos. Que pongan por escrito su metodología, sus objetivos. Que vean si los han conseguido. Que participen en concursos. Que compartan sus estrategias. Gracias a la difusión por los premios, mi proyecto ha sido replicado en Lima, Puno, Cusco, Junín. Incluso, en Costa Rica. Nunca debemos olvidarnos de inspirar a los alumnos, y estimular su creatividad e innovación. A nosotros los profesores solo nos falta atrevernos y decidirnos.
miércoles, 23 de agosto de 2017
lunes, 23 de marzo de 2015
domingo, 12 de agosto de 2012
domingo, 28 de agosto de 2011
miércoles, 23 de marzo de 2011
Ciencias Sociales
Hallan 37 tumbas preíncas en centro poblado de Tacna
El 50% contenía restos de niños y también se encontró ceramios
Por: Ernesto Suárez
Miércoles 23 de Marzo del 2011
Treinta y siete tumbas preíncas cuya data se ubica entre los años 800 d. C. y 1445 d. C. fueron halladas la semana pasada, de forma accidental, mientras se abrían unas zanjas con el fin de instalar un sistema de agua y desagüe en el centro poblado menor Boca del Río, a 60 kilómetros de la ciudad de Tacna.
La arqueóloga Gladys Barreto –contratada por el consorcio Boca del Río, encargado de ejecutar la obra– señala que la mitad de las tumbas encontradas corresponde a entierros de niños. También se hallaron ceramios y objetos simbólicos con representaciones de balsas, arpones de madera y anzuelos de cobre.
INTERCAMBIO DE CULTURAS
Barreto calcula que los restos pertenecerían al período conocido como Desarrollo Regional Tardío y que evidencian el intercambio entre las culturas del litoral y los valles interandinos de la sierra de Tacna.
La arqueóloga explicó que el progreso de esta cultura se dio en paralelo con desarrollos registrados entre el valle de Tambo en Arequipa y la quebrada de Camarones, al norte de Chile (Tambo, Ilo, Sama, Caplina, Lluta, Azapa y Camarones).
Jesús Gordillo, arqueólogo investigador de las culturas de Tacna, destaca el desarrollo de esta sociedad: “Estamos hablando de culturas avanzadas cuya principal actividad económica habría sido la pesca”.
El experto resaltó también que los restos de este cementerio, sumados a los encontrados al norte, en Tomoyo (el más visible de la época), y los del valle de Sama, Vituña, playa Cánepa, playa Meca, Ite y Punta Picata, muestran que el litoral de Tacna estuvo densamente ocupado en esa época.
Barreto añadió que hay especialistas chilenos del museo de Azapa, en Arica, que están interesados en viajar a Tacna para apoyar la investigación de los vestigios hallados, que se encuentran ahora en poder de la Dirección Regional de Cultura.
PROBLEMAS EN EL PROCESO
La arqueóloga Gladys Barreto explicó que, tras ser encontrados, los restos tuvieron que ser retirados del lugar inmediatamente para evitar que se vieran afectados.
Pese a esta medida, trascendió que 20 de las tumbas fueron dañadas durante las obras de instalación de la red de agua potable y desagüe. El consorcio Boca del Río, sin embargo, niega algún perjuicio.

viernes, 28 de agosto de 2009
Ciencias Sociales
El Comercio 28 de agosto del 2009
A 80 AÑOS DE LA REINCORPORACIÓN DE TACNA AL PERÚ
Una actitud patriótica desde el sur
Por: Eduardo Carbajal Arenas*
Si bien los tacneños celebramos con algarabía cada 28 de agosto el día de la reincorporación de Tacna a la soberanía del Perú en 1929 —al cabo de casi medio siglo de ominoso cautiverio— esta fecha tiene una simbología que va más allá de la ceremonia protocolar de la entrega de la Ciudad Heroica por parte de la administración chilena de entonces.
Es cierto que fue un día de emoción indescriptible para el pueblo tacneño, que salió a las calles a saludar a las delegaciones que llegaron de Lima. A su vez, la devolución de Tacna a su patria de siempre fue también celebrada en el resto del país con legítimo orgullo.
Pero para el pueblo de Tacna cada 28 de agosto representa la síntesis de un tiempo histórico que marcó su identidad, sus valores, su carácter, su cultura y su devenir. Porque lo que ocurrió en Tacna y Arica es un período amargamente excepcional para la historia del Perú.
Consumada la ocupación chilena luego de las batallas de Tacna y de Arica, con el sacrificio heroico de Bolognesi, comienza la larga etapa del cautiverio para los peruanos de esas dos provincias, muchos de los cuales destacaron por su arrojo y valor. Fueron casi 50 años de ocupación, sin que las administraciones peruanas gestionaran con la suficiente energía el cumplimiento del Tratado de Ancón de 1883, que dispuso que las provincias de Tacna y Arica quedarían en poder de Chile solo durante diez años y que al término de ese período sus habitantes (mayoritariamente peruanos) decidieran si querían pertenecer al Perú o a Chile.
Chile sabía que perdería el plebiscito y comenzó una campaña sistemática y “amable” por ganarse a esas poblaciones. Cuando se convence de que la lealtad de ariqueños y tacneños al Perú era indestructible, comienza la violenta etapa de “chilenización” a partir de 1901.
Cuando recién en 1925 el Perú y Chile deciden ir al plebiscito, con el arbitraje estadounidense, resulta demasiado tarde para el Perú. El proceso de “chilenización” no había logrado doblegar el espíritu patriótico de tacneños y ariqueños, pero por la fuerza sí logró cambiar la demografía en las provincias cautivas, mediante la expulsión de miles de peruanos. Siendo además ficticia parte de la masa electoral presentada por Chile, finalmente el plebiscito se declaró impracticable. El propio Pershing reconoció que le repugnaba sancionar un plebiscito “amañado”. El Tratado de 1929 decidió el regreso de Tacna a la soberanía del Perú y la penosa pérdida de Arica, donde ya habían muy pocos peruanos. En cambio, en Tacna, el pueblo fue el gran triunfador del regreso al seno de lo que se denominaba la patria invisible.
Jorge Basadre, quien participó muy joven en la comisión plebiscitaria del Perú, recuerda como testigo, en “La vida y la historia”, las “lágrimas de todas las madres, esposas, concubinas, hermanas o hijas que vieron a los suyos partir a una lejana e indiferente provincia del norte, a una extraña u hostil provincia del sur y también a la provincia por todos desconocida de la muerte; lágrimas que suscitó un simple pedazo de tela roja y blanca. Si todas ellas se hubiesen podido reunir, habrían formado un pozo muy grande donde los frívolos, los escépticos, los traficantes con el patriotismo, los que abusaron con su poder bajo la administración chilena y también, más tarde, bajo la administración peruana, hubiesen debido ir a lavar sus maldades, sus concupiscencias y sus delitos impunes…”.
Por eso, Tacna el 28 de agosto no solo celebra. También recuerda:
A los héroes de Tacna, Arica y Tarapacá.
A los sacerdotes y maestros expulsados de Tacna y Arica durante la ocupación.
A los periodistas cuyas imprentas fueron asaltadas y saqueadas y a los poetas que intentaron vanamente silenciar.
A los jóvenes que eran llevados a la fuerza a servir en el ejército chileno.
A las maestras que en las escuelas clandestinas mantenían en los niños los sentimientos de amor al Perú.
A los que fueron asesinados o malheridos por los “mazorqueros” chilenos que previamente marcaban las puertas de sus casas con cruces negras.
A las mujeres que colaboraban activamente en la labor de propaganda a favor del Perú y al mismo tiempo educaban a sus hijos en el credo de la peruanidad.
A los plebiscitarios, algunos aún vivos, que soportaron los abusos y la persecución por mantener su fidelidad al Perú.
Y a todos los peruanos que mostraron con hechos su solidaridad con Tacna y Arica en esos años de barbarie.
Esta actitud del pueblo tacneño no es chauvinista ni revanchista. Tacna lo dice en su himno: “...como ayer cobijaron revanchas, hoy cobijan ensueños de paz”. Pero sí es recordar la historia, con cierto recelo, para que no se repita. Los últimos acontecimientos con nuestros vecinos alientan esa convicción. El miércoles se informó en El Comercio sobre la ceremonia que encabezó el presidente francés Nicolás Sarkozy para conmemorar el aniversario 65 de la liberación de París de la ocupación nazi. Ese homenaje ni debilita ni incomoda las excelentes relaciones de Francia y Alemania en el marco de la Unión Europea.
(*) Vicepresidente del Club Tacna
A 80 AÑOS DE LA REINCORPORACIÓN DE TACNA AL PERÚ
Una actitud patriótica desde el sur
Por: Eduardo Carbajal Arenas*
Si bien los tacneños celebramos con algarabía cada 28 de agosto el día de la reincorporación de Tacna a la soberanía del Perú en 1929 —al cabo de casi medio siglo de ominoso cautiverio— esta fecha tiene una simbología que va más allá de la ceremonia protocolar de la entrega de la Ciudad Heroica por parte de la administración chilena de entonces.
Es cierto que fue un día de emoción indescriptible para el pueblo tacneño, que salió a las calles a saludar a las delegaciones que llegaron de Lima. A su vez, la devolución de Tacna a su patria de siempre fue también celebrada en el resto del país con legítimo orgullo.
Pero para el pueblo de Tacna cada 28 de agosto representa la síntesis de un tiempo histórico que marcó su identidad, sus valores, su carácter, su cultura y su devenir. Porque lo que ocurrió en Tacna y Arica es un período amargamente excepcional para la historia del Perú.
Consumada la ocupación chilena luego de las batallas de Tacna y de Arica, con el sacrificio heroico de Bolognesi, comienza la larga etapa del cautiverio para los peruanos de esas dos provincias, muchos de los cuales destacaron por su arrojo y valor. Fueron casi 50 años de ocupación, sin que las administraciones peruanas gestionaran con la suficiente energía el cumplimiento del Tratado de Ancón de 1883, que dispuso que las provincias de Tacna y Arica quedarían en poder de Chile solo durante diez años y que al término de ese período sus habitantes (mayoritariamente peruanos) decidieran si querían pertenecer al Perú o a Chile.
Chile sabía que perdería el plebiscito y comenzó una campaña sistemática y “amable” por ganarse a esas poblaciones. Cuando se convence de que la lealtad de ariqueños y tacneños al Perú era indestructible, comienza la violenta etapa de “chilenización” a partir de 1901.
Cuando recién en 1925 el Perú y Chile deciden ir al plebiscito, con el arbitraje estadounidense, resulta demasiado tarde para el Perú. El proceso de “chilenización” no había logrado doblegar el espíritu patriótico de tacneños y ariqueños, pero por la fuerza sí logró cambiar la demografía en las provincias cautivas, mediante la expulsión de miles de peruanos. Siendo además ficticia parte de la masa electoral presentada por Chile, finalmente el plebiscito se declaró impracticable. El propio Pershing reconoció que le repugnaba sancionar un plebiscito “amañado”. El Tratado de 1929 decidió el regreso de Tacna a la soberanía del Perú y la penosa pérdida de Arica, donde ya habían muy pocos peruanos. En cambio, en Tacna, el pueblo fue el gran triunfador del regreso al seno de lo que se denominaba la patria invisible.
Jorge Basadre, quien participó muy joven en la comisión plebiscitaria del Perú, recuerda como testigo, en “La vida y la historia”, las “lágrimas de todas las madres, esposas, concubinas, hermanas o hijas que vieron a los suyos partir a una lejana e indiferente provincia del norte, a una extraña u hostil provincia del sur y también a la provincia por todos desconocida de la muerte; lágrimas que suscitó un simple pedazo de tela roja y blanca. Si todas ellas se hubiesen podido reunir, habrían formado un pozo muy grande donde los frívolos, los escépticos, los traficantes con el patriotismo, los que abusaron con su poder bajo la administración chilena y también, más tarde, bajo la administración peruana, hubiesen debido ir a lavar sus maldades, sus concupiscencias y sus delitos impunes…”.
Por eso, Tacna el 28 de agosto no solo celebra. También recuerda:
A los héroes de Tacna, Arica y Tarapacá.
A los sacerdotes y maestros expulsados de Tacna y Arica durante la ocupación.
A los periodistas cuyas imprentas fueron asaltadas y saqueadas y a los poetas que intentaron vanamente silenciar.
A los jóvenes que eran llevados a la fuerza a servir en el ejército chileno.
A las maestras que en las escuelas clandestinas mantenían en los niños los sentimientos de amor al Perú.
A los que fueron asesinados o malheridos por los “mazorqueros” chilenos que previamente marcaban las puertas de sus casas con cruces negras.
A las mujeres que colaboraban activamente en la labor de propaganda a favor del Perú y al mismo tiempo educaban a sus hijos en el credo de la peruanidad.
A los plebiscitarios, algunos aún vivos, que soportaron los abusos y la persecución por mantener su fidelidad al Perú.
Y a todos los peruanos que mostraron con hechos su solidaridad con Tacna y Arica en esos años de barbarie.
Esta actitud del pueblo tacneño no es chauvinista ni revanchista. Tacna lo dice en su himno: “...como ayer cobijaron revanchas, hoy cobijan ensueños de paz”. Pero sí es recordar la historia, con cierto recelo, para que no se repita. Los últimos acontecimientos con nuestros vecinos alientan esa convicción. El miércoles se informó en El Comercio sobre la ceremonia que encabezó el presidente francés Nicolás Sarkozy para conmemorar el aniversario 65 de la liberación de París de la ocupación nazi. Ese homenaje ni debilita ni incomoda las excelentes relaciones de Francia y Alemania en el marco de la Unión Europea.
(*) Vicepresidente del Club Tacna
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