lunes, 22 de septiembre de 2008

Economía y ética


Artículo publicado en el suplemento Domingo del diario La República el 21 de septiembre del 2008




Libro Economía. Primero la gente
"Si la ética y la economía se articulan pueden surgir alternativas que signifiquen mejoras en la vida de las personas". Esa es la principal premisa de un libro de título similar al de este artículo, escrito por el Nobel de Economía Amartya Sen y el economista argentino Bernardo Kliksberg. Ambos académicos y humanistas cuestionan desde la ética del desarrollo la falta de equidad en la distribución de la riqueza planetaria.
Por: Raúl Mendoza.
En la actualidad el 10% más rico del mundo es dueño del 85% del capital mundial, mientras que el 50% de la población mundial sólo es dueño del 1%, según la última medición de Naciones Unidas. Tomemos otro dato: Con los recursos que hoy existen en el planeta se podría alimentar fácilmente al doble de la población mundial, es decir, unos 13 mil millones de personas. Sin embargo, 845 millones padecen hambre. ¿Por qué esa asimetría entre los más privilegiados y la vida miserable que viven millones de personas? La respuesta está en el profundo desajuste que existe en la organización social del mundo, en donde se privilegian los intereses económicos por sobre la vida de la población. El libro "Primero la gente. Una mirada desde la ética del desarrollo a los principales problemas del mundo globalizado" señala que el desarrollo no es tal si el avance no es igual para todos, cuestiona el modelo capitalista y hace propuestas contra la desigualdad.
A la globalización le falta equidad

RICOS Y POBRES. La desigualdad económica es más notoria en algunos países como Brasil. En la vista, Río de Janeiro con sus favelas y edificios de gente adinerada al frente.

FRUSTRADOS. La mayoría de jóvenes de países en desarrollo no completan los estudios y deben trabajar desde adolescentes.

MIGRACIÓN. Fenómeno de la desigualdad.

POBREZA. Los niveles de extrema pobreza en zonas rurales alcanzan al 80% de la población en América Latina. El acceso a la salud y educación casi no existe para ellos.
Para el Premio Nobel Amartya Sen la globalización puede ser positiva y es un error verla como un rasgo del imperialismo. Señala que las interrelaciones económicas globales y la tecnología moderna han tenido y tienen influencia en la superación de la miseria. El principal desafío de la globalización es más bien dar buen uso a ese intercambio. "No es suficiente comprender que los pobres necesitan la globalización tanto como los ricos, también es importante cerciorarse que en realidad obtengan lo que necesitan", dice. En la mayoría de los casos, eso no ocurre. "El capitalismo global está más centrado en ampliar el dominio de las relaciones de mercado que, por citar un ejemplo, en el establecimiento de la democracia, la expansión de la educación primaria o en mejorar las oportunidades sociales de los menos favorecidos", explica Sen.
¿Qué hacer? Según el Nobel indio se debe lograr, a través de "acuerdos institucionales globales" favorecer el comercio equitativo, los intercambios educativos, la difusión tecnológica, las limitaciones ecológicas y ambientales, el tratamiento justo de las deudas acumuladas. También hace un llamado urgente para el control de la venta de armas. "Los países del G-8 han vendido el 87% del suministro total de armas en el mundo", dice. Ello provoca miseria en muchas regiones, lo que acaba siendo responsabilidad de los países ricos. ¿Deben las economías manejarse sin tener en cuenta estos conceptos éticos? No. Para Sen, la globalización merece una defensa razonada, pero también necesita urgentes reformas que otorguen participación equitativa a los pobres.
América Latina: enormes desigualdades
No obstante que muchos países de América Latina –entre ellos el Perú– anuncian que en los últimos años han logrado positivos niveles de crecimiento, la desigualdad entre ricos y pobres sigue siendo enorme. La población pobre en la región pasó de 136 millones a 209 millones en las dos últimas décadas. En el Perú la brecha entre el 10% más rico y el 10% más pobre es de 40.5 veces. Para Bernardo Kliksberg, coautor del libro, la desigualdad se nota sobre todo en el acceso a la salud y la educación. El libro abunda en cifras para demostrar su afirmación, pero solo damos un ejemplo: la mortalidad materna de Bolivia y Perú es superior en 80 veces a la de Italia y 100 veces a la de España. "Es la región más desigual del orbe", dice Kliksberg. Ojo, no somos la región más pobre o menos desarrollada, pero si la más desigual. Leer articulo completo


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