Mi Negocio, suplemento de El Comercio, 2 de noviembre del 2003
ENTREVISTA. SILICON TECHNOLOGY
"Demostré que somos creativos"
Por Mayra Castillo
Transformar su ingenio en ingeniería fue un trabajo que comenzó desde niño. En su natal Marcona (Ica), su padre trabajaba en la zona minera y, a cambio, recibía educación para su familia. Desde chiquillo, Wílber Aragonez aprovechó lo que los ingenieros --primero de Marcona Mining Company y después de Hierro Perú-- le enseñaban en sus horas libres. "La bonanza de las minas no es eterna y marea a mucha gente, pero yo sentía que eso no iba a ser eterno", cuenta. Se dedicó a pasiones de larga duración: la electricidad y la mecánica, que lo trajeron a Lima a estudiar, a trabajar y a diseñar sofisticada tecnología. Hoy es gerente general de Silicon Technology, empresa que diseña y vende aisladores de silicona para transformadores eléctricos de baja y media tensión. Y sin cortocircuitos a la vista.
Usted conoció un estado de bienestar propio de las minas... ¿Qué tan importante fue para su desarrollo?Muy importante. A la Marcona Mining Company nadie le exigía canon minero porque ellos retribuían en educación, salud y bienestar. Pero más que eso, me amplió la visión de futuro y de cosas que podían hacerse con la ingeniería.
¿Cuándo llegó a Lima?Luego de tres años de estudiar ingeniería eléctrica mecánica en la Universidad San Luis Gonzaga de Ica. Aquí no tenía más que una tía abuela, pero terminé la carrera con su apoyo y el de mi padre, quien jamás dejó de preocuparse por mí. Él quería que destacase en los estudios y por eso recibía semanalmente mi pensión fija.
¿Y valió la pena no trabajar hasta terminar todo?Claro, siempre estuve en los primeros puestos (sonríe). Mi mayor aspiración era trabajar en una empresa grande como Edelnor o Luz del Sur, aunque temía que me pusieran en una oficinita y nunca viera nada importante. Por eso, fue complicado aceptar que mis primeras prácticas fueran en una pyme chiquita que hacía transformadores aquí en Los Olivos. La verdad es que allí aprendí y pude diseñar, algo que pocos pueden aplicar de verdad.
Pero usted solo era el practicante...Sí, pero así estuve 2 años y hacía hasta las cotizaciones. Incluso, creé un software con la data de la compañía y me gané el puesto de encargado de planta. Allí duré 8 años, experimentando con resinas epóxicas para los aisladores y siempre haciendo investigaciones, es algo que no puedo dejar de hacer. Aunque pagaran poco, sabía que algún día todo cambiaría.
¿Qué lo impulsó a tener su propia empresa?Que no me pagaran lo suficiente para lo que hacía. Yo veía cómo la empresa pasó de vender 7 transformadores al mes a 120. Y no recibía nada a cambio. Mi jefe me dio la razón, me dio US$5.000 por uno de los programas (del software), me pagó una compensación por las vacaciones que jamás tomé y me pidió que formara un service: "No puedes dejar de trabajar con nosotros", me dijo. Así nació I&T Electric.
Para entonces, usted había hecho consultorías con Luz del Sur y Edelnor de transformadores. ¿Cómo llega la silicona a usted?La empresa Dow Coning (productora de silicona) buscaba negocios con potencial en el Perú y llegó a nosotros, que usábamos resina y nos propuso la silicona. Me llevaron a Brasil para capacitarme y se volvió a abrir otro mundo para mí. Volví a Lima y abrí otra empresa para que ese material sea "contaminado" por los metales de los transformadores.
Pese al potencial de su diseño, las grandes compañías no lo aceptaron...En ese tiempo, el Perú estaba electrificado al 35% y, al año, se compraban 77.000 aisladores y se pagaba casi US$5 millones. Era un gran negocio. Pero las electrificadoras estaban amarradas con otra compañía mucho más grande. Y encima, extranjera. "Mínimo debes tener 15 años de experiencia para vendernos", nos dijeron. Además, creían que lo que se hacía aquí era malo.
¿En algún momento pensó en tirar la toalla?Imposible, ya habíamos invertido US$40.000, es decir, las utilidades de I&T y los ahorros de mi socio, Orlando Mendoza, y míos. Pero felizmente, un director español de Endesa nos buscó para participar en un concurso de innovación tecnológica con este aislador de silicona. Ganamos una mención honrosa, pero aun así, él no podía intervenir en las compras que se hacían en el Perú. Solo le pedimos ayuda para probar nuestros aisladores y demostrar que soportaban 15 años en el campo.
¿En el Perú existen laboratorios donde hacer estas pruebas?Lamentablemente, no. En otros países (Brasil o México) el pequeño empresario no necesita gastar en estas pruebas porque las máquinas están en las universidades. En el Perú es al revés: los centros de desarrollo tecnológico han desaparecido y somos consumidores de valores agregados de fuera. Es muy triste que el Estado desconfíe de la capacidad creativa y tecnológica de los peruanos.
¿Tuvo que hacer su propia máquina de prueba?La CAF me ofreció pagarlas en el exterior (4 pruebas por US$60.000) pero les dije que con esa plata mejor armaba una. No me creyeron capaz, pero armé un equipo de matemáticos que me apoyó en el diseño. Lo mostré ante especialistas de la CAF, la Universi- dad Católica, la UNI, Edel-nor y Luz del Sur. Coincidieron en que era viable. Bureau Veritas y SGS certificaron la máquina y también los aisladores.
Y por fin se abrieron las puertas de las grandes...La entrada a Edelnor y a Luz del Sur fue automática. ¡Ya no tenían cómo negarse! La competencia bajó sus precios de US$80 a US$45 cuando Silicon entró con US$35. Podemos ser creativos y demostramos que nuestra durabilidad es superior.
¿Cómo trabaja usted con la Asociación de Talleres y Empresas Metalmecánicas (ATEM Perú)?Doce pymes nos proveen de piezas (de bronce) y nos dan servicios de fundición, galvanizado, moldes, etc. Nosotros nos concentramos en la silicona y en vender. Hemos creado una cadena productiva interesante, pues el control de calidad y la cláusula de confidencialidad son básicas para dar la orden de compra a los proveedores.
Usted va a exponer su caso en el APEC...Sí, y aprovecharé para destacar la importancia del desarrollo de tecnología y de laboratorios. De otro modo, nunca seremos competitivos.
LA FICHANombre: Wílber AragonezCargo: Gerente general de Silicon Technology y socio de I&T ElectricOrganización: Silicon Technology nació en el 2001, con el fin de diseñar y comercializar aisladores eléctricos hechos con silicona para la industria eléctrica nacional.
LAS CIFRAS53% Es el porcentaje de participación de mercado de Silicon.
75.000 Aisladores vendieron el último año, a US$36 por unidad.
25 Trabajadores son de la planilla de Silicon y 12 pymes del Consorcio ATEM trabajan en su cadena productiva.
100% Creció en el 2008 respecto al 2007.
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