Dia 1, 16 de noviembre del 2009
EL APORTE
Soles o dólares
Por: Martín Reaño Economista
Por muchos años hemos estado acostumbrados a que el sol (o nuevo sol) sea una moneda débil, sin mayor capacidad de atesoramiento y despreciada por sus súbitas y profundas pérdidas de valor.
Cualquier otra moneda ha sido considerada como superior al sol y, tradicionalmente, el dólar estadounidense ha sido la moneda de preferencia para mantener ahorros y como unidad de referencia.
Pudo haber sido cualquier otra moneda: el franco suizo o la libra esterlina, pero preferimos el dólar, quizás por la influencia de la economía de EE.UU. en nuestra economía.
Pero nada es para siempre, como tampoco lo es la fortaleza de las monedas, que no es otra cosa que el reflejo de la fortaleza de las economías que las sustentan. Y la de EE.UU. ha atravesado —¿está atravesando?— una de las crisis más severas en la historia moderna. Como consecuencia de ello, el valor de su moneda, el dólar, debería haber caído en picada junto con la economía.
Pero esto no ha ocurrido por una serie de medidas que adoptó el Gobierno Estadounidense y que han hecho que ciertas variables económicas se sostengan artificialmente con la esperanza de que, en un futuro cercano, se resuelvan sus problemas estructurales y se pase de una economía de mentira a una economía de verdad.
Pero esas mismas medidas que han impedido un descalabro mayor de la economía estadounidense tienen un efecto secundario que difícilmente se podrá evitar: la inflación y la pérdida de valor del dólar de esa nación. Y es que el plan de salvataje del Gobierno de EE.UU. ha implicado una inyección de dinero sin precedentes en la historia y en el mercado. Cuando las cosas se estabilicen, ese exceso de dinero presionará sobre los precios, los cuales tenderán a subir y la moneda a caer. ¡Cuide sus soles!
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