martes, 31 de agosto de 2010

Ciencias Sociales






PUNTO DE VISTA

Bill de Calcuta
Por: Diego De La Torre*
Martes 31 de Agosto del 2010

Hace siete años escribí un artículo en el que decía que el empresario exitoso del siglo XXI sería una mezcla de Bill Gates y la madre Teresa de Calcuta. Esto se ha convertido en realidad, ya que ahora el fundador de Microsoft dedica la mayor parte de su tiempo a la fundación que creó junto con su esposa Melinda con el objetivo de reducir la mortalidad infantil y promover la educación en el mundo.

Es claro que el monopolio de la sensibilidad social no lo tienen los intelectuales y los políticos. De otro modo no se explica que muchos empresarios estén pasando del éxito a la trascendencia donando sus fortunas personales y canalizando parte de su tiempo, energía, conocimiento y creatividad a la solución de temas sociales. Esto lo están haciendo con mucha eficiencia y asignando ingentes recursos.

Por ejemplo, Bill Gates ha donado más de veinte mil millones de dólares y otra cifra similar su amigo Warren Buffett. Ambos están organizando y promoviendo el club de los seiscientos mil millones pidiendo a los acaudalados de todo el mundo que se unan al esfuerzo de hacer del mundo un lugar más solidario, más justo y donde todos puedan alcanzar la felicidad.

Hasta hace poco los políticos e intelectuales siempre habían puesto un gran énfasis en la distribución de la riqueza, pero muy poca atención a la creación de riqueza.

Ya nos decía Churchill: “Es una idea socialista decir que hacer utilidades es un vicio, el verdadero vicio es hacer pérdidas”. Es claro que una empresa que no produce utilidades no puede ser un buen empleador y menos aun tener los recursos para hacer inversiones sociales. Margaret Thatcher, con frío realismo, añadía: “Nadie se hubiera acordado del buen samaritano si solo hubiese tenido buenas intenciones, también tenía dinero”.

El empresario moderno sabe que su misión es servir a la sociedad y que ser eficiente y hacer utilidades son herramientas para lograr ese fin. Asimismo, sabe que el modelo de economía de mercado que ha sacado de la pobreza a trescientos millones de chinos y a cuatro millones de peruanos en los últimos años debe tener un apellido: responsabilidad social. Debe lograr que los impactos netos de su presencia en la sociedad sean positivos. De otro modo, un holocausto ecológico y sociodemográfico aparecerá en el horizonte más pronto de lo que pensamos.

Hoy los empresarios distribuyen voluntariamente parte de su riqueza, mientras que los políticos están empezando a preocuparse por la necesidad de promover un entorno que permita a las personas y a las organizaciones crearla de manera sostenible. Creo que estos son cambios muy saludables porque necesitamos crear y distribuir riqueza para todos, no solo material, también espiritual.

(*) Presidente Pacto Mundial en el Perú

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