“CHICAMA”. Largometraje ganador del Premio Regional de Conacine
Sueños de desencanto
EL CINE REGIONAL TIENE EN OMAR FORERO A UNO DE SUS MÁS TALENTOSOS REPRESENTANTES. SU SEGUNDO FILME EXPLORA LA SOLEDAD Y LAS AMBICIONES PERDIDAS DE UN INMIGRANTE
Por: José Puga
Martes 31 de Agosto del 2010
Antes de migrar uno imagina su próximo paradero. Si se trata de una ciudad moderna, uno fantasea más: la estabilidad económica y el reconocimiento social se muestran reales en esta utopía. Pero, a veces, se ignora la realidad: a la soledad se suma la falta de oportunidades que terminan a veces por reemplazar los sueños por la supervivencia. Atraídos por las luces de las ciudades de la costa, en particular Lima, muchos jóvenes peruanos se lanzan a perseguir sus sueños solo para enfrentarse a un sistema que los ignora.
El nuevo proyecto del cineasta trujillano Omar Forero transita por este mismo camino de frustración y carencias. “Chicama”, película ganadora del concurso de proyectos de largometraje para regiones de Conacine 2010, coloca frente a la cámara a un profesor de primaria que quiere enseñar en la costa, pero no puede por falta de vacantes. Como un extra de su propia vida, este hombre deja sus sueños en el aire y toma su segunda opción resignado: viaja a un pueblo serrano de la cuenca del río Chicama para poder ejercer su profesión.
“En Toledo, tiene un grupo de alumnos, empieza a enseñar y comienza a gustarle, pero también se siente más aislado y deprimido. En ese momento llega una profesora de Trujillo, pero contrariamente a él, ella sí quiere trabajar aquí para experimentar. Él es de Trujillo y ella es de la playa de Huanchaco. Es más vivaz y más habladora, por eso se siente atraído a ella, pero no se concreta nada”, explica Forero, artífice también de “Los actores” (2007), filme trujillano que se llevó sendos elogios de la crítica local por su estilo visual crudo y la espontaneidad de sus escenas.
Tomando nuevamente elementos del lenguaje documental, Forero rodará “Chicama” en abril del próximo año en celuloide. Cuando se le pregunta si contará con algún rostro conocido, el cineasta hace una larga pausa. “[...] No me gusta la forma de actuar del actor profesional porque imponen una energía que no es auténtica. Quiero personas o actores no profesionales que vivan delante de la cámara. Ahí es cuando se filtra la realidad”, explica Forero sobre este filme que se desarrolla bajo un proceso creativo muy particular.
En vez de realizar un cásting, como es usual en las películas más convencionales, para “Chicama” Forero y su equipo han montado talleres de actuación en los distintos poblados que servirán a la vez de locaciones. En los últimos meses han recorrido Toledo, Cascas, Trujillo, entre otros lugares de la sierra y costa norte del país, en busca de los espacios precisos, pero también los perfiles adecuados. “Los actores van a ser de la zona. También he hecho unos talleres en institutos y colegios para ver si se acostumbran a la cámara”, añade el cineasta. “No quiero mostrar nada más que lo que está al frente. Es un estilo muy austero y minimalista con planos de detalle y subjetivos del protagonista”, agrega.
Las películas “Ser y tener”, del documentalista francés Nicolas Philibert, y “El rey de los niños” (1987), del cineasta chino Chein Kange, lo motivaron a hacer este proyecto. Pero fueron los resultados de la investigación que realizó en el valle de Chicama lo que dio vida a su guion. “Viajé a estas zonas y vi cómo los jóvenes tienen el sueño de ir a Lima y a las ciudades de la costa –dice el director–. Tienen muchas fantasías, pero el enfrentamiento con la realidad es brutal. El espectador sacará sus propias conclusiones”.
EL DATO
En “Chicama”, acompaña a Omar Forero como productor ejecutivo su amigo Héctor Gálvez (director de la premiada película “Paraíso”). Ambos se conocieron hace 12 años cuando trabajaban para la productora Guarango de Ernesto Cabellos (“Chorompampa: el precio del oro”). “De hecho la experiencia de Héctor va a ayudarme mucho”, dice Forero acerca de esta sociedad.
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