martes, 21 de septiembre de 2010

Ciencias Sociales





CRÓNICA. UNA MIRADA DESDE LA HABANA

Cuba, ¿fin del socialismo?
Los cubanos denominan a los cambios en la isla “adecuación de su modelo económico”

Por: Javier Otazu Especial para El Comercio
Martes 21 de Setiembre del 2010

LA HABANA. No se habla en La Habana de otra cosa que de “disponibles” y de “cuentapropistas”. La primera palabra significa despedidos; la segunda, empresarios. Por razones obvias, el único país comunista de América evita las palabras que duelen para describir el proceso de apertura de la economía a la iniciativa privada y la libre competencia. Lo que en otros lugares se llamaría transición al capitalismo, aquí recibe el nombre de actualización del socialismo.

A la Central de Trabajadores de Cuba, le tocó la amarga tarea de anunciar que 500.000 trabajadores del Estado se irían a la calle en un plazo de seis meses y otros 800.000 más a medio plazo. Pero el anuncio traía un rayo de esperanza: el Estado iba a abrir la posibilidad de ejercer actividades por cuenta propia y a fomentar el cooperativismo.

Economistas respetados dentro de la disidencia, como Óscar Espinosa Chepe, saludaron estos anuncios como “necesarios, aunque tardíos”, pero mostraron sus dudas porque los tímidos intentos aperturistas del pasado habían quedado en agua de borrajas ante la multitud de trabas burocráticas que lastraban todo germen de negocio.

Pero hay algo en esta ocasión que hace ver las cosas con más optimismo: el gobierno del general Raúl Castro ha pedido que el nuevo plan económico sea confeccionado por el Centro de Estudios Económicos de Cuba, donde los asesores han abandonado el tradicional discurso marxista por el de la eficiencia y la rentabilidad, han preparado el paquete de medidas, lo ha envuelto sin oropeles y el Partido Comunista se ha encargado de comunicarlo a sus militantes, que deberán transmitirlo a la sociedad.

CAMINO DIFÍCIL
La “reconversión” no será fácil. Los paladares que operan en la semiclandestinidad, ¿verán suficientes incentivos en pasar a la legalidad si eso significa que deben pagar un 40% de sus ingresos? Y de modo general, ¿cómo van a conseguir suministros –alimentos, cemento, herramientas o maquinaria– todos los que quieran tener un negocio, sea de fabricación o de reparación? ¿y cómo van a conseguir financiamiento para iniciar ese negocio?

Empiezan ahora a cobrar sentido las famosas palabras de Fidel Castro cuando declaró en una reciente entrevista: “El modelo cubano no funciona ni para nosotros”. Aunque más tarde dijo haber sido malinterpretado, es sabido en La Habana que el comandante “no da puntada sin hilo” y fue unánimemente interpretado como un reconocimiento del fracaso del modelo económico cubano, basado en un estatismo a ultranza.

Raúl Castro es un hombre acostumbrado a trabajar en la sombra, no es amigo de entrevistas ni de declaraciones grandilocuentes. Pero en su experiencia en las Fuerzas Armadas y desde que tomó las riendas de Cuba, sus mensajes han sido inequívocos: al Estado le sobra lastre, las cuentas ya no salen, las plantillas de ministerios y todo tipo de organismos están infladas y hay que erradicar la cultura de que no importa cuánto se trabaje porque el “compañero ciudadano” siempre tendrá una paga a fin de mes.

EN PUNTOS
Los cambios que se vienen
Periodistas y diplomáticos accedieron a un power point que sirvió al Partido Comunista Cubano para comunicar el calendario de despidos.

Los oficios autorizados para abrir nuevos negocios en Cuba son 124 en total.

La contratación de particulares por particulares, el pago de la seguridad social con un 25% del salario y la imposición de impuestos sobre los ingresos es algo novedoso en Cuba.

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