viernes, 3 de septiembre de 2010

Ciencias Sociales





PUNTO DE VISTA

El Perú en la era del conocimiento (II)
Por: Oscar Ugarteche*
Viernes 3 de Setiembre del 2010

Luego de una revolución universitaria a fines de los años 60, que introdujo más universidades y las carreras de Economía y Administración, así como las de Medicina y Biología, hubo un largo hiato.

En esos treinta años se desplomó la educación pública por falta de presupuesto y se abandonó la infraestructura escolar. Las grandes unidades escolares pasaron a formar parte del desecho educativo y el prestigio de la carrera normalista se destrozó.

De ese largo hiato se salió mediante la privatización de la educación con el argumento de que no hay que subsidiar a las clases medias. Actualmente, el Perú debe de ser uno de los países que tiene más y las peores universidades mundo. No hay, con excepciones, profesores internacionalmente competitivos. Los alumnos brillantes, a punta de esfuerzo, logran graduarse de alguna de las cinco más prestigiosas e irse a estudiar los posgrados y doctorados a otro país, adonde se quedan porque no hay forma de regresar. Se asegura así que la calidad de la universidad futura será menor que la actual, declive desde hace más de cuarenta años.

Abrir la universidad a profesores que vienen de otras partes del mundo sería un empuje hacia arriba.

Lo que hace a la universidad es la calidad de sus estudiantes y profesores. La planta de profesores es calibrada mundialmente por sus publicaciones, conferencias e intercambios académicos internacionales. Eso implica profesores a tiempo completo, bien remunerados y becas de investigación. De otro lado, implica estudiantes becados.

Pero en el Perú el conocimiento no tiene valor, es decir, no tiene precio. El fruto es que la calidad de los profesores universitarios peruanos de tiempo completo es mala, funcionan en camarillas, protegen su propia mediocridad, y no publican, enseñan o discuten internacionalmente.

El tema de cómo los estudiantes pueden ir a la universidad no es asumido ni por la opinión pública, ni por los formuladores de políticas públicas ni por el sector privado. El país requiere de mejores alumnos y universidades y eso se atiende en parte brindando recursos públicos y privados para la dotación de becas para estudiantes universitarios que estén en el decil superior.

La mala calidad de las universidades públicas es el argumento para que el gobierno del Perú invierta por estudiante 30 veces menos que Brasil en educación superior y se privatice la educación. En contraste con lo que ocurre en Asia, Brasil y México, eso asegura la irrelevancia del conocimiento como eje del desarrollo futuro.

(*) Investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas – UNAM

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