EL ESPECIALISTA
¿Ser ingeniero o cocinero?
ALBERTO GOACHET
Jueves 18 de Noviembre del 2010
Esta semana me sorprendí con la frase de un respetado economista y ex ministro: “Necesitamos más ingenieros y menos cocineros”. Me sorprendí porque me parece que es un comentario basado en ideas viejas de lo que es el motor de un país, y deja de lado uno de los activos más importantes que tenemos los peruanos: la creatividad.
No se trata de entrar en un debate sobre cuál profesión es mejor que otra, se trata de no perder de vista cuál es el motor que está moviendo el Perú del siglo XXI. Y en este caso la gastronomía se ha convertido en más que un motor de emprendedores. Se ha convertido en el gran consenso que ha unido a los peruanos y ha generado, por primera vez, la idea de que sin miedo y con orgullo podemos proclamarnos como los mejores del mundo. ¡Por fin!
Pero el tema de fondo es no perder de vista que no importa la profesión o los años de estudio, la creatividad peruana ha tomado el protagonismo y de manera desinhibida reclama su espacio nacional e internacional.
La creatividad aporta al nuevo Perú que estamos dibujando. Creatividad es el proceso de tener ideas originales que generan valor. Es tener, contrariamente a muchas disciplinas universitarias, muchas posibles respuestas a una misma pregunta. Einstein ya lo decía: “La imaginación es más importante que el conocimiento”. Y no quiero ir en contra de la importancia de la educación o la preparación universitaria, pero sí en contra de paradigmas antiguos que durante décadas no inspiraron a un país como lo ha hecho la gastronomía.
Uno de los mejores comerciales de la historia cerraba con una frase: “La gente que está tan loca para creer que puede cambiar el mundo es la que lo cambia” (Apple, Think Different). Y unos de los que creyeron que podían hacer brillar al Perú fueron nuestros cocineros. Hoy son protagonistas de este cambio. Pensemos diferente.
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