martes, 5 de abril de 2011

Ciencias Sociales






PUNTO DE VISTA

La era pos-Gadafi
Por: Juan Velit Granda Internacionalista


Martes 5 de Abril del 2011

En la tensa novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa “El gatopardo”, el personaje más caracterizado suele decir una frase cuyo espíritu flota en toda la obra: “Hagamos la revolución para que todo quede igual”. Esta frase cargada de cinismo podría ser traducida en la política como cambiemos todo para que nada cambie.

Esta lección literaria de la aristocracia siciliana debe estar siendo silenciosamente repetida por los insurgentes tunecinos y egipcios que derribaron a sus respectivas dictaduras, pero que los seguidores de estos continúan administrando sus países.

Este fenómeno político, que no es monopolio de los árabes, evidencia que los arribistas y mediocres siempre encuentran la fórmula mágica para reciclarse y acoplarse al gobierno que ayer combatieron.

Esta realidad es la que no ha permitido que la transición se realice en toda su dimensión en Túnez y Egipto y que las grandes mayorías no la perciban en su totalidad.

Por otro lado, las potencias occidentales no se han comprometido con las nuevas administraciones y su visión muchas veces crematística de la región les llevó a un acercamiento a Libia por el simple hecho de haber renunciado a su programa nuclear e hicieron oídos sordos y miradas ciegas a las constantes violaciones a los derechos humanos. Libia es una dictadura, como lo era Túnez y Egipto, pero para el concepto occidental eran dictaduras que garantizaban la estabilidad de Estados Unidos e Israel. Con lo que se plantea la necesidad de redefinir qué es estabilidad y hasta dónde se estiran los intereses cuando colisionan con los valores.

A pesar de que los bombardeos de las fuerzas aliadas han golpeado y, por lo tanto, arrinconado a las fuerzas leales a Gadafi, estas todavía tienen oxígeno para resistir.

En Libia también se juega el prestigio de Sarkozy y Cameron, que están necesitando triunfos para sus administraciones, porque el desgaste político de ambos es evidente, sobre todo cuando el primero está en las puertas de un proceso electoral que apunta como complicado para su partido.

No se puede negar que la estrategia de Gadafi le ha dado buenos resultados, aunque a un costo político bastante alto. Sus soldados son mercenarios del Chad, Mali o Níger, ya que no confía en su ejército por temor a que se repitan las experiencias de Túnez y Egipto. En estos últimos países el ejército se sintió más comprometido con el pueblo, que le ha dado legitimidad, que con el líder y desde los inicios de las revueltas se contaron en el número de los insurgentes.

En la era pos-Gadafi, las primeras dificultades se deberán a que Libia no es un Estado-nación moderno ni orgánico, sino un conjunto de tribus y clanes con expectativas en el reparto del poder que administra una de las grandes reservas petroleras y que si en lugar de este material energético hubiera tenido solo dátiles, los aliados no habrían destinado ni un solo soldado en la intervención.

1 comentario:

Unknown dijo...

Estimada Ines, busque en tu perfil algún correo donde escribirte , pero no había nada.
Soy seguidora de su blog, y me encanta toda la información que entregan, hace un tiempo atrás tenias un archivo relacionado con conocer el sistema de Clasificación Dewey, donde salían unos cavernícolas muy entretenidos, y ahora también tienes una versión en youtube.
Mi pregunta es si puedo utilizar tu idea, para poder dar a conocer a mis alumnos el sistema de clasificación y lo segundo poder subirlo a mi blog Un CRA para los CRA, http://bibliocrachile.blogspot.com/
Espero tu respuesta.
Muchas gracias.