martes, 3 de mayo de 2011

Ciencias Sociales







PUNTO DE VISTA

Crecimiento e inflación

Por: Juan José Marthans Economista*
Martes 3 de Mayo del 2011
Aunque no en su totalidad, nuestro crecimiento en su origen ha tenido un claro componente exógeno y, al parecer, nuestra inflación más un origen interno. Mala combinación.
El Perú no hubiera crecido al ritmo de los últimos cinco años si no nos hubiésemos visto favorecidos por los espectaculares niveles mostrados en la cotización internacional de nuestros metales. En tales circunstancias, ¿qué pasará con la reducción de los índices de pobreza, incremento de las reservas, alza en la recaudación fiscal por rentas, mejora en el empleo, una vez que deje de presentarse los factores favorables ajenos a nuestro accionar?
Nuestro crecimiento no refleja “masa muscular”, hasta hoy muestra más ser el resultado de “consumo de grasa”. Mientras no dispongamos de capital humano calificado, de niveles de vida compatibles con una ingesta mínima de calorías, con una atención en salud apropiada y con un Estado eficiente, la posibilidad de perder lo avanzado no es desechable. Mucho nos falta aún para ser Corea del Sur, Taiwán o Singapur.
Es en ese contexto que asumir que no enfrentaremos una desaceleración del ritmo de actividad económica resulta en extremo optimista. Esto está más aun asegurado por lo complicado del escenario financiero mundial y por la necesidad de frenar el sobrecalentamiento y desbalances que heredará el próximo gobierno.
En materia inflacionaria, aunque se quiere vender la idea de que estaría únicamente alimentada por su componente importado, la realidad es otra. Acá nuestro inadecuado manejo fiscal y monetario tiene mucho que ver con el incumplimiento de la meta inflación para el presente año.
Hemos tenido durante gran parte del último lustro un frente del gasto público expansivo y, recientemente, uno monetario cuyo impacto contractivo del alza timorata de su tasa de referencia no se ha hecho notar debido a nuestra escasa bancarización, a la fuerte presencia de circulante e informalidad y, para colmo, a un proceso de dolarización nada despreciable. Nuestro BCR actúa como si tuviéramos un sistema financiero igual al suizo. Ingenuo.
Todo indica que el daño ya está hecho, debe quedar claro que la potencial desaceleración del PBI e incremento de inflación se presentan también por fallas en la orientación de política económica. Nadie puede negar esto, al menos que sea por ignorancia, soberbia o demagogia.
(*) Universidad de Piura-Campus Lima

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