martes, 13 de marzo de 2012

Historia, geografía y economía






Vallejo, Ribeyro y Montaigne

Por: Diego de la Torre *
Martes 13 de Marzo del 2012
Durante los últimos años ha cambiado de manera notable la percepción que tenemos los peruanos sobre nuestro país y sobre nosotros mismos.
Hemos superado esa letanía derrotista al estilo del cuento “Paco Yunque”, de César Vallejo, que tanto daño le hizo al país.
Vallejo fue un maravilloso poeta, digno de un Premio Nobel, pero creo que influyó de manera negativa en el subconsciente colectivo de los peruanos.
Por ejemplo, uno de sus famosos poemas empieza con la frase “yo nací un día en que Dios estuvo enfermo”.
Con una actitud así no se crea algo grande, menos aun un ciudadano con mentalidad ganadora y sin complejos.
Para contrarrestar ese endémico pesimismo vallejiano, a nuestros hijos hay que decirles que han nacido un día en que Dios estaba contento y que el Perú es un país maravilloso.
Por otro lado, Julio Ramón Ribeyro, eximio escritor, tenía una narrativa que sublimaba y endulzaba el fracaso.
Basta leer sus cuentos “Espumante en el sótano” o “Alienación” para darnos cuenta de hasta qué punto su gran habilidad literaria hacía de la “tentación del fracaso” una cosmovisión aceptable y hasta atractiva.
Esto encontró y encuentra suelo fértil en los intelectuales, políticos y economistas que padecen de lo que Ludwig von Mises denominaba el Dogma Montaigne.
Michel de Montaigne, célebre escritor francés del Renacimiento, concluyó en su ensayo número veintidós que “la pobreza de los pobres se debe a la riqueza de los ricos”.
Está probado hasta el hartazgo que el Dogma Montaigne fue, es y será una monumental falacia económica.
Por el contrario, cuando se creó un marco legal que respetaba los derechos de propiedad y las leyes del mercado, se destapó la energía creadora y empresarial de las personas, permitiendo que se multiplique y extienda la riqueza para todos, tal como lo atestiguan más de trescientos millones de chinos que han salido de la pobreza en los últimos años.
Desafortunadamente, el Dogma Montaigne fue adoptado por Voltaire y Marx generando las carnicerías de la Revolución Francesa en el siglo XVIII y los genocidios de Stalin, Mao y Pol Pot en el siglo XX.
El Dogma Montaigne fue el caldo de cultivo de resentimientos y odios, así como de la disfuncional teoría comunista que ni siquiera los disciplinados y eficientes alemanes pudieron hacer funcionar.
Las malas ideas y teorías pueden ser radiactivas y tener consecuencias catastróficas durante siglos.
El Dogma Montaigne hizo sospechoso y culpable a quien con trabajo duro y honesto alcanzaba la prosperidad económica. Por eso, nuestro país se estancó por muchos años.
La ponzoñosa frase del dictador Velasco “Campesino: el patrón no comerá más de tu pobreza” es producto típico del Dogma Montaigne.
Es obvio que muchos de nuestros intelectuales, periodistas, políticos e incluso economistas siguen adoptando este dogma sin saber que es uno de los errores conceptuales más grandes y perjudiciales de la historia.
[*] Presidente del Pacto Mundial en el Perú

1 comentario:

Mario dijo...

No dudo de la buena fe de la publicación de este artículo en su blog pero hay muchas críticas que están circulando al respecto. Se está induciendo a hacer pensar a los jovenes que los literatos más renombrados del Perú del siglo XX, son causa de atraso en el país y en su lugar ensalzan falsos valores que en vez de promover la solidaridad entre las personas, celebran el individualismo y el egoismo.